Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Los que manejan el mundo
Es raro el día que los onubenses no tengamos que desayunarnos algún “sapo” relacionado con el abandono, el olvido, cuando no la ignominia o el desprecio, por parte de los gobernantes empeñados en negar nuestro progreso en aras de no ceder ante el adversario en la confrontación política.
Lo grave es que cuando no hay oponente por coincidencia de siglas en el poder central, autonómico y hasta provincial y local, tampoco hubo atisbo de interés por impulsar a esta tierra legendaria.
Vista esta situación me viene a la memoria un ensayo –magistral diría yo- del buen amigo Manuel Muñoz y que, a pesar de los quince años de su publicación, mantiene no sólo plena vigencia sino que si hiciera una actualización, daría para una obra voluminosa.
Aparte de la dedicatoria familiar, hace una mención que nos incluye y obliga a todos: “A los onubenses, para que dignifiquen la grandeza de Huelva”. Así es nada.
Por ello, aparte de mi entrañable saludo al autor y amigo, le agradezco me sirva de inspiración para el comentario de hoy.
Y es que no podemos consentir continuar en el vagón de cola -qué sarcasmo lo del vagóndel territorio nacional. Nuestra ubicación, nuestra meteorología y condiciones naturales, por citar lo básico tienen que ser puntos de partida para el crecimiento y desarrollo en niveles similares a los demás, sin asimetrías cimentadas en objetivos de permanencia en la ostentación del Poder.
Nuestros déficits estructurales tienen que empezar a corregirse por la adecuación de las comunicaciones: desde la olvidada con Cádiz, aprobada en 1874; luego en la II República en 1934; después en 1943, y en 1973, durante el franquismo, ¿cabe mayor desprecio a un proyecto? hasta la retirada de calificación de interés general del Aeropuerto en plena actualidad. La memoria puede ser flaca pero me acuerdo de los millones “ahogados” en el fallido puente del Terrón, de la perdida línea férrea con Ayamonte, … por no citar la unión Sevilla-Huelva, donde cualquier día, ahora que estamos en Colombinas, aparecerá alguien dando con la “escobilla de la bruja” a los pasajeros. En la incendiada Estación figuraba un cartel: HUELVA-TÉRMINO, que sirvió de título al ensayo referido. Qué decir de comunicaciones con la Sierra, de las obras hidráulicas pendientes… como decía, para hacer un tomo voluminoso.
Por ello, es normal el enfado por no ser Subsede del Mundial, pero es, como tantas cosas, consecuencia de nuestra situación. ¿Por qué el deporte del Norte de Europa va a la Costa del Sol o el Algarve?. La respuesta está clara y no solo para el deporte sino para toda actividad socioeconómica y que seamos Término porque una vez aquí, nadie se quiera ir y dejaremos de pensar en: ¡Qué dolor de tierra mía!
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