Sin humanidad no hay democracia

El balcón

23 de febrero 2025 - 03:09

James Byrnes, asesor de Roosevelt que después sería secretario de Estado con Truman, sintetizó el objetivo de Estados Unidos en la Conferencia de Yalta: “no se trataba de lo que dejaríamos hacer a los rusos, sino de lo que podríamos conseguir que hicieran”. En febrero de 1945, las dos potencias que iban a salir ganadoras de la guerra civil entre europeos se repartían el continente. Riad es continuación de Yalta y Potsdam sin el Reino Unido; con Europa ausente. La misa de París organizada por Macron ha retratado la desunión de la UE en política de seguridad y en valores.

Hace unos días en Málaga, Luis García Montero recordaba el alegato de la filósofa estadounidense Martha Nussbaum de que el retroceso del humanismo priva a los ciudadanos de las habilidades necesarias para el ejercicio de un pensamiento crítico. Y añadía que estamos asistiendo al reverso de los grandes principios de la Ilustración; libertad, igualdad y fraternidad, sustituidos por la ley del más fuerte, discursos de odio y desprecio a la dignidad humana. La intervención en Múnich del vicepresidente Vance destilaba hostilidad e hipocresía.

Dijo que la principal amenaza para Europa no es Rusia o China sino su pérdida de valores. Acusó a Europa de censurar a disidentes, cerrar iglesias y anular elecciones. Vance propugna libertad absoluta de comunicación, incluidas las falsas noticias. E hizo chistes: “si la democracia estadounidense ha sobrevivido a los discursos de Greta Thunberg, ustedes pueden soportar unos meses de Elon Musk”. Finalmente, el vicepresidente animó a los electores europeos a establecer mandatos democráticos sólidos. Una apuesta por gobiernos autoritarios; lo demuestra apoyando a Alternativa para Alemania. Como si admirase de China su capitalismo eficiente sin derechos ni libertades y propusiera competir en el mismo campo.

Trump ha ido incluso más lejos que su vicepresidente. Para acabar con el conflicto se ha puesto claramente de parte de Putin. Ha despreciado sin piedad a Zelenski como un “comediante de éxito modesto”. Le ha acusado de comenzar una guerra que no podía ganar, después de manipular a Biden. Y lo considera un dictador, por negarse a convocar elecciones porque las perdería, al estar muy bajo en las encuestas.

La situación de Europa es resumida por la profesora Ruth Ferrero como la triple i: impotencia ante la acción imperial de Estados Unidos repartiéndose Ucrania con Rusia, indignación por la humillación de su protector militar que la deja fuera de las decisiones, e irrelevancia en la escena global y en el destino de su continente. Trump y Putin llevan la iniciativa. Los valores de las democracias liberales europeas que molestan a Vance son los derechos humanos. Nussbaum sostiene que sin humanidad no hay democracia, pero rusos y americanos están en otra fase.

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