Inversores okupas

Hace algo más de diez años, el gobierno de la Comunidad de Madrid vendió 2.935 viviendas públicas al fondo de inversiones norteamericano Goldman Sachs. Esta venta ha venido siendo declarada ilegal, sentencia tras sentencia, por todos los tribunales que han abordado el caso. Sin embargo, ahí siguen, resistiéndose a devolver los pisos, con la connivencia de Isabel Díaz Ayuso.

En el otro extremo del tablero nos encontramos con los “18 de la Macarena”, para los que se piden 77 años de prisión por ejercer la protesta contra un desalojo y en favor del derecho a la vivienda.

Son dos noticias que ilustran perfectamente el problema de la vivienda en España: de un lado la administración dejando en manos privadas la gestión de este derecho, del otro, la criminalización de quienes, desesperados, se meten bajo cualquier techo, sin mirar quién es el propietario. De paso, esa criminalización salpica a quienes defienden el derecho a la vivienda. La campaña mediática para lograr esto es brutal e implica la presencia constante en medios generalistas en horarios de máxima audiencia, difusión en redes… de noticias relacionadas sobre “el peligro de que ocupen tu casa en cuanto te distraigas”. El miedo, evidentemente, funciona y, colateralmente, está ayudando a las empresas de montaje de alarmas a a obtener grandes beneficios, pero, sobre todo, está sirviendo para desviar el foco del principal problema: las dificultades de acceso a la vivienda en un sistema que deja casi en exclusiva este derecho en manos del mercado.

Sobre esto otro no hay campaña pese a que el problema se va agravando a causa de la inoperancia de las comunidades que se niegan a aplicar, si quiera, las tibias medidas que propone la Ley de Vivienda, la proliferación de pisos turísticos y, en definitiva, ese conciencia que reflejaba el exministro Ábalos, “la vivienda es un derecho, pero también es un bien de mercado”.

En última estancia el resultado de esto es la precariedad -jóvenes que no pueden acceder a la vivienda, mayores expulsados de su residencia de toda la vida...- e incluso la mayor de las exclusiones -miles de personas sin hogar en todo el territorio español, chabolismo, infravivienda...-así que no podemos seguir consintiendo que se considere culpables de todo mal a los “okupas”, mientras los responsables de todo esto siguen saltándose a la torera sentencias y, sobre todo, el cumplimiento de sus responsabilidades.