Juanma y su may oría

La esquina

08 de febrero 2025 - 03:06

Las mayorías absolutas complacen mucho a los gobernantes, pero los anestesian y, con frecuencia, los empeoran. La ausencia de una oposición digna de este nombre les permite sacar adelante todos sus proyectos, pero también los adormila y ensoberbece: creen que pueden hacer lo que les venga en gana.

Mayoría absoluta más oposición hecha polvo: he ahí un cóctel explosivo que puede conducir a unos al abuso de poder y la arbitrariedad y a otros a la desesperación y la impotencia. Vamos a los primeros. Conforme se va asentando en el poder y sobre la base de una gestión aceptable y alejada de las expectativas apocalípticas que levantaron sus adversarios, el presidente de la Junta de Andalucía ha adoptado prácticas y hábitos contradictorios con la moderación que él mismo se atribuye.

No ha sido moderado ni austero en la escenificación de su poder. Recuerden la versallesca toma de posesión acompañado de su familia, el contenido de la cada vez más costosa Gala del 28-F o el enorme aparato de propaganda que jalea todas sus actividades.

Más graves son los tics autoritarios que le brotan consciente o inconscientemente y la dificultad para respetar las reglas y los equilibrios del sistema democrático. Tiene imputados a altos cargos de la Consejería de Salud por haber hecho contrataciones sin los controles y procedimientos ordinarios (prolongando por su interés los mecanismos excepcionales del tiempo de la pandemia). Ha destituido a la Interventora General de la Junta y relevado a media cúpula del equipo de interventores jefes, que son precisamente los altos funcionarios que fiscalizan las cuentas públicas. Argumenta que son cargos de confianza y que el relevo es legal, pero, qué casualidad, son ellos los que desvelaron las irregularidades en la Administración sanitaria. ¿No hay otro momento para designar nuevos interventores que cuando los que están en activo resultan molestos? La Oficina Antifraude acaba de desvelar anomalías en la subvención concedida a un cantante de la cuerda para un programa de televisión estrictamente folklórico.

La primera vez que coincidí con Juanma Moreno tras su victoria de 2022 lo saludé cordialmente y le di un consejo: “Enhorabuena, presidente, y cuídese de la mayoría absoluta”. Empiezo a creer que no me ha hecho caso. Las mayorías absolutas ocultan sus defectos a quien las disfruta. Quizá porque el hombre está inerme ante el halago.

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