Manuel González Mairena

La lectora de libros

Enhebrando

Feria del Libro de Huelva
Feria del Libro de Huelva / Alberto Domínguez

18 de octubre 2024 - 13:49

Huelva/De fondo un edificio fácilmente reconocible nos sitúa en la Plaza de las Monjas. En primer plano en un extremo una mujer sostiene un libro. Está leyendo. Atenta. Concentrada. En su portada aparece un flamenco, quieto sobre sus patas. La protagonista de la escena tiene flores en el pelo y de sus brazos también nacen flores y fresas y naranjas. Ya están tardando si no han visto el precioso cartel que Eveline Rodríguez Cuesta ha hecho para anunciar la Feria del Libro de Huelva, la cuadragésima octava edición. Arranca hoy, espero que ya lo sepan.

Quizás dentro de muchos años los libros parezcan una especie mitológica, pero aún no lo son. Es verdad que el siglo XXI ha venido como una riada de posibilidades de ocio, sin embargo los libros acaban saliendo a flote, por allí y por aquí. Entre plataformas de películas y series, entre podcast o música, entre tardes de amigos o retransmisiones deportivas, las páginas literarias siguen encontrando su hueco. Y como buen sureño, no me sobra ninguna fiesta, y me apunto a esta feria los libros. Festejar. ¡Que vivan las páginas de todos los libros!

Durante diez días, hasta el domingo 23 de octubre, el arte hecho con palabras tomará el corazón de nuestra ciudad. Librerías, libreros y libreras, harán de las suyas, y a cambio de monedas nos darán impagables horas de evasión. Además de un extenso programa de actividades, firmas y presentaciones. Yo ya tengo agendadas algunas, como las visitas de esos nombres que uno lee en el lomo de las ediciones y que ahora se pasan por el espacio de presentaciones, como Manuel Vilas, J.J. Benítez o Irene Reyes-Noguerol, entre otros. O las de autoras y autores locales, que paran en la Feria para presentar sus novedades, como la poeta Estela Rengel con “Los labios de la herida” o Mario Marín con su novela “Jesuclisto”, o que traen obras ya reconocidas por público y crítica, como el premiado poemario “Música para tigres” de Alejandro Bellido o la segunda edición de los versos de Juan Cobos Wilkins en “Los no amados”.

Los libros me han hecho tan feliz, me siguen dando tanto, que no puedo sino celebrarlos, en privado la mayoría de las veces y en público en días como estos. La lectura como algo compartido, el contacto con quienes lo hacen posible, en la plaza como foro de encuentro. No sé si me gusta más en abril o en octubre. No sé qué tiempo hará. Da igual. Habrá que ir a brindar con libros, cada uno de ellos es un botón que al pulsarlo abre el cofre de la imaginación. Nos vemos en la Plaza de las Monjas.

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