El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
Veinticinco
Por montera
Oel PP cambia su estrategia para defender sus conquistas políticas o el PSOE va a seguir con la lluvia de mociones de censura, sin motivación justificada, para robarle todo lo ganado en las urnas. En Andalucía, también en el resto de España, el resultado de las últimas elecciones municipales y generales, como se dice popularmente y sin mucho ingenio, pintó la piel de toro de color azul. Y ya conocen los resultados: el PP ganó en todas las capitales de provincia de Andalucía. Ahora, el PSOE se rearma para empezar la reconquista de esta comunidad autónoma, para reabrir la fábrica de votos socialistas ante unas posibles elecciones generales en las que ya se trabaja desde Moncloa.
Uno de los primeros pasos dados ha sido la última moción de censura en la alcaldía de Jaén donde el partido Jaén Merece Más ha traicionado su apoyo al PP para caer rendido ante los regalos económicos prometidos por la vicepresidenta y ministra de Hacienda María Jesús Montero. La mano derecha de Pedro Sánchez, quien está pagando con el dinero de todos los españoles la deuda de Jaén acumulada por líderes socialistas por años, se estaría preparando para regresar a su tierra donde liderar un proyecto con el que resucitar al socialismo más cafetero a la Junta de Andalucía. Lo hacen moción a moción. Ahora Jaén, y luego la diputación de Cádiz. Sería otra moción sin motivación justificada puesto que solo aducen “pérdida de confianza” cuando ésta te la puedes inventar ya que se basa en una sensación. En Jaén, como tampoco ocurrió en Navarra, no se ha probado que haya habido una gestión del PP ineficiente o negligente en su incipiente año y medio, tampoco se han declarado conductas ilegales o corrupción alguna o se ha denunciado falta de transparencia, ni ha habido movilización social. Al contrario, según el alcalde destituido, se han cumplido el 70% de los proyectos acordados con JMM. Son importantes las palabras. Dice el socialista Julio Millán, empuñando el bastón de mando, que “ los populares están ciegos y encantados de conocerse por la soberbia que les da una mayoría absoluta en Andalucía”: En frente, las palabras de Agustín González en su despedida: “Tiendo mi mano como líder de la oposición al nuevo gobierno”. Esta diferencia entre mensajes, que delatan actitudes y rebelan personalidades, me recuerdan a las palabras del arzobispo de Sevilla José Ángel Saiz cuando dijo, ante la sentida ofensa provocada por los presentadores de las campanadas en RTVE cuando empuñaron con su mano a la vaquilla del Gran Prix a modo de Sagrado Corazón,: “¿Hasta cuándo abusarás, Catalinia, de nuestra paciencia?”, recordando a Cicerón. O lo dicho por el presidente de la conferencia episcopal: “No son conscientes de lo que hacen. Una vez más la banalidad nos rodea”. Si, si lo son, los de las campanadas y los de las mociones. Castigan las críticas por sus ofensas y rebajan la gravedad de sus insultos. Y no es banalidad, es maldad.
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