El balcón
Ignacio Martínez
Negar el tributo y lucir el gasto
Crónica personal
Al engaño permanente, a los pactos política y socialmente impúdicos porque se hacían con partidos con los que el Gobierno aseguraba que jamás pactaría, le faltaba un capítulo: la trampa.
El Gobierno, utilizando el servilismo incondicional de la práctica totalidad de sus diputados, no ha dudado en interrumpir las votaciones sobre el paquete fiscal al advertir que las perdían, y abrió un receso de minutos, según el presidente de la Comisión, que se convirtió en más de cuatro horas intentando lograr los apoyos necesarios. Un paréntesis absolutamente ilegal porque se saltaba varios puntos del reglamento. Lo consiguieron, pero les espera el plenario donde, de momento, no cuentan con los votos para aprobar el dictamen indispensable para dar paso a los Presupuestos.
Presumían los socialistas la noche del lunes de que contarían con el apoyo de Junts, pero les faltó tiempo a los diputados independentistas para comentar a los periodistas que ni de broma.
El espectáculo, con el cabreo generalizado por engañar con los tiempos, como confesaba algún miembro destacado del socialismo, permitía advertir que sobrevolaba en el ambiente la sensación de que se estaba viviendo un fin de ciclo. Aunque Sánchez ha declarado que nada le impide gobernar sin PGE y sin el apoyo del legislativo, peligra la continuidad del Gobierno. Sin embargo es sabido que Sánchez es experto en salvar situaciones imposibles. No es difícil para nadie cuando no le importa dejar de lado sus principios.
De momento, ha hecho trampa para salvar los escollos de la Comisión parlamentaria, consiguiendo así los votos necesarios. Nada como sacar la chequera o abrirse a concesiones políticas que forman parte de la lista de exigencias que el PSOE se negaba hasta ahora a ceder a independentistas y nacionalistas. Aun así, cediendo, las tensiones entre ERC y Junts, y entre PNV y Bildu, y las que se viven en el seno de los partidos agrupados en Sumar, están siendo letales para un presidente con frentes abiertos en todas partes.
El de los Presupuestos lo ha salvado en este cuarto de hora. Pero en cambio el frente Begoña se enrarece cada día más. Porque el juez Peinado no se amilana, y porque además el guardián de todos los secretos, Aldama, ha pedido comparecer voluntariamente ante el juez.
Pedro Sánchez, trampeando, ha ganado una votación importante aunque no definitiva. Pero le esperan, a la vuelta de la esquina, declaraciones de Ábalos, Koldo, Aldama, Hidalgo, Güemes, personal de Moncloa que no quiere ser chivo expiatorio … Y averiguar el alcance de los negocios de Begoña Gómez, cada día más acorralada por el juez.
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