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La colmena
Cuando escribo La Colmena, siempre me gusta tomar como punto de partida algún tema interesante de actualidad; cuanto más curioso, alternativo y con gancho, mejor. Esta semana, con permiso de la guerra real que Israel está escalando de forma implacable en Oriente Próximo, no consigo salir de la burbuja de las no-noticias. La principal es la de Pedro Sánchez: por fin se filtra a los medios el audio y el vídeo íntegro de la comparecencia del presidente del Gobierno ante el juez Peinado del 30 de julio. ¡Paren máquinas!
Dos minutos de intervención que apenas han generado 300 palabras de diálogo. Pedro Sánchez le reconoce al magistrado que “Begoña Gómez” es su “esposa” e invoca su derecho como cónyuge a no declarar: “Señoría, me acojo a la dispensa del artículo 416”. A partir de aquí, es increíble la capacidad que tenemos en los medios para construir una historia de la nada. TVE es capaz de abrir el informativo de las tres anunciando el audio (a esa hora ni se había filtrado el vídeo) y, en un efecto replicante casi infinito, nadie que se precie de ser alguien en el mundo de la información (y la opinión) ha podido quedarse al margen. Eso sí, digamos en defensa de la profesión que ha sido el propio juez quien más se ha esforzado en que así sea cuando dice que hasta de los silencios se pueden “inferir” conclusiones.
Buceando un poco más, rozando la desesperación, encuentro una de las pocas noticias que me hacen clicar y leer hasta el final. Reconozco que siempre he tenido debilidad por los nombramientos y las destituciones, por el quién es quién. Pues bien, el Consejo de Ministros aprobó este martes una renovación profunda de quienes mueven los hilos entre bambalinas en Moncloa. El nuevo jefe de Gabinete, Diego Rubio, ya ha montado su equipo al servicio de la causa (el Gobierno y el PSOE, Moncloa y Ferraz), una guardia pretoriana en la sombra para Pedro Sánchez de Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados. ¿Recuerdan lo de JASP? Todos universitarios, con varios idiomas y prestigiosos posgrados de especialización en el extranjero.
Son tiempos de tecnócratas (ahí está Draghi marcando el pulso en Europa) y, en Moncloa, va a tomar las riendas un puñado de jóvenes de la generación Millennial que parecen llegar con las pilas más que “cargadas”, como avisó el presidente en el inicio del curso político, para hacer realidad eso de que habrá “legislatura para largo”. Me he leído todos los perfiles. La cosa promete...
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