Alto y claro
José Antonio Carrizosa
La confianza está rota
EL Congreso Internacional de Frutos Rojos que se celebra esta semana en Huelva es una ocasión magnífica para abordar los temas que más preocupan al sector para su desarrollo. Así viene siendo en las siete ediciones anteriores, pero esta octava es más especial si cabe por el momento en el que llega.
El ruido generado por la propuesta legislativa de aumentar las hectáreas de regadío en la Corona Norte de Doñana está afectando más de lo que debiera al sector. La disputa política le ha colocado en el centro de la diana, y no sólo en Europa, sino en la misma España.
Ya hace una semana comentábamos la oportunidad que ha surgido de una situación adversa para que los productores onubenses hayan unido sus fuerzas y formado un frente común, que es la mejor forma de alcanzar sus objetivos. Ese es el único camino, como apuntó y animó a otros agricultores un veterano fresero en la primera gala de entrega de los Premios Fresa organizada por Freshuelva.
Entonces fue premiado el ministro de Agricultura, Luis Planas, por su apoyo al sector. No pudo venir a Huelva entonces, aunque dijo que lo recogería en una visita próxima. Esta semana se han visto las caras en Madrid Planas y los representantes de la asociación de productores y exportadores, a quienes el ministro cordobés les ha trasladado el respaldo firme del Gobierno a la fresa.
No eran pocos los que echaban en falta un pronunciamiento explícito y rotundo de quien es gran conocedor de la problemática de los frutos rojos por su pasado como consejero del mismo área de la Junta. El miércoles quiso despejar cualquier duda y expresó, además, su compromiso para fortalecer la imagen y el conocimiento del sector con campañas de comunicación en el exterior.
En la misma línea se mostró esta semana la ministra para la Transición Ecológica y vicepresidenta del Gobierno, Teresa Ribera, en una entrevista concedida a este periódico. En ella quiso aclarar su total apoyo al sector y su defensa de las garantías que acompañan a los frutos rojos que se exportan en Europa, aunque reiteró su rechazo a la ampliación de regadíos propuesta por el Gobierno andaluz. Pero ahora ese no debe ser el tema.
Lo importante es el daño reputacional que sufre el sector cada vez que se le ataca por Doñana y ese proyecto de legalizar nuevos regadíos. El intento de boicot lanzado en Alemania hace unas semanas no ha causado un perjuicio directo porque ha llegado en un momento en el que la campaña fresera estaba ya prácticamente concluida y porque, sobre todo, los propios supermercados alemanes se encargaron de contrarrestarlo hablando de las garantías que tienen todos los frutos rojos que importan de Huelva, y que seguirán haciendo por su contrastada legalidad en la producción y en los usos del agua en origen.
Los ministros Planas y Ribera aseguran también haber defendido en los foros europeos la calidad y legitimidad de las exportaciones agroalimentarias españolas, con la fresa onubense a la cabeza. Y aún así, hace falta más. Y eso es lo que piden los productores de Huelva con una iniciativa surgida de una reunión con la consejera de Agricultura, Carmen Crespo, que sabe bien de la necesidad de respaldar el buen nombre de los frutos rojos. Crespo lanzó la idea de reforzarlo y dotarles de un sello que valide sus cualidades únicas precisamente por su origen en un territorio vinculado a Doñana y a las máximas exigencias en la convivencia con el entorno.
Todavía es un proyecto incipiente pero puede que estemos ante una posible denominación de origen protegida, un indicador geográfico protegido o cualquier otra marca que identifique al producto Fresa de Huelva y proporcione máxima seguridad al consumidor y garantía de la mejor calidad del mercado con visibilidad en un futuro a medio plazo.
El propio Luis Planas, en la reunión de esta semana con los exportadores, se mostró interesado y comprometido para ayudar a sacar adelante esa iniciativa. El compromiso de la consejera Crespo ya lo tienen desde el comienzo, y el sector onubense sólo reclama unidad de acción política para que sea viable pronto.
Hasta que en unos años se pueda concretar, la mejor forma de anticiparse a cualquier nuevo ataque es dando a conocer todo lo que hay detrás de los frutos rojos que se venden en España y se exportan a Europa. Lo dijo también el gerente de Freshuelva, Rafael Domínguez, en el último evento de este periódico dedicado al sector: hay que tomar el ejemplo de Francia o de Polonia y ver cómo han aumentado el consumo doméstico por explicar todos los valores nutricionales y saludables de las variedades de frutos rojos. Hay que replicarlo con las que se cultivan en Huelva. Y también acompañarlo de una divulgación adecuada de la investigación, el desarrollo y la innovación en los cultivos onubenses, considerados los más avanzados de Europa en cuanto a sostenibilidad, eficiencia y competitividad.
Estas parcelas son las que tocan de forma más directa a los consumidores, pero entre los productores hay cuestiones en las que se debe ahondar para evitar un freno a su desarrollo y un debilitamiento progresivo ante el fuerte empuje de países productores emergentes en Europa, en el norte de África y en Sudamérica.
El agua es una de ellas, y no por la ampliación de regadíos en el entorno de Doñana sino por la sequía actual que puede llevar a una situación dramática la próxima campaña. Sigue faltando la ejecución de las infraestructuras comprometidas, que necesitan de un impulso por vía de urgencia, y faltan más aspectos, como un respaldo a la apertura de nuevas vías de comunicación logística para salir de la provincia, la desinfección de los suelos o la fuerte subida de costes de producción.
De ello se hablará también en La Noche de los Frutos Rojos, con la que Huelva Información introduce el Congreso mañana. Es el momento de hablar en una oportunidad inmejorable para el sector.
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