Mujeres periodistas

Voces nuevas

06 de diciembre 2024 - 03:06

Tenía 22 años la primera vez que me puse delante de una cámara. Aprendí a marchas forzadas una profesión con la que, hasta ese momento, había soñado, pero de la que apenas sabía nada. Recuerdo a Elena Vázquez, jefa de redacción de El Periódico de Huelva y CNH Huelva, donde en el verano del 2012 solicité unas prácticas. Era joven, aunque mayor que yo y por aquel entonces, sin apenas conocerme, me miró al llegar con una sonrisa y me dijo: “Me recuerdas a mí cuando empecé. Mañana te vas con la unidad móvil a grabar en las playas. No te preocupes. Si eres capaz de hacer un directo para televisión, lo demás irá rodado”. Alguien como yo, a la que le daba corte alzar la voz en clase, jamás se había imaginado frente a las cámaras. Sí en cambio escribiendo en prensa o detrás, en todo caso, en la producción de algún formato. Sin embargo, cuando me dijo eso no lo dudé. Algo en mí creyó con fuerza que mi sitio estaba en esa unidad móvil, ante una pantalla, con un micro y haciendo tele. Y así empezó esta aventura. Fue una mujer la que me empoderó y empujó a creer en mí en esta profesión y fue otra la que me ofreció mi primera oportunidad laboral. María Pulido me abrió la puerta del único “máster de periodismo” que, en mi opinión, cualquier profesional de los medios debería hacer: el de calle. El de recorrerse de cabo a rabo los rincones de la provincia para sacar oro de donde no había, contando las tradiciones, noticias, vivencias, elecciones… informando. Ahí aprendí los entresijos de la profesión más bonita del mundo también rodeada de mujeres. De grandes compañeras que a medida que fue pasando el tiempo, se fueron marchando, pese a brillar, en busca de mejores condiciones con las que poder afrontar una vida real. Y esa es la gran pena. Al igual que mujeres increíbles me abrieron paso, yo también he tenido que ir despidiéndome de innumerables compañeras que han desistido de su sueño por su bajo salario y la falta de horarios dignos. Este miércoles, en la inauguración de la exposición ‘Pioneras II’ en el Centro de la Comunicación Jesús Hermida, compartí muestra con muchas de mis amigas, compañeras de batallas que se vieron obligadas a dar un paso atrás y a escoger otro camino por no recibir las mejoras laborales que merecían en una profesión tan bella como sacrificada. Las miraba y me sentía orgullosa de ver cómo en mi generación el periodismo local está hecho, mayoritariamente, por mujeres empoderadas y maravillosas. Pero al mismo tiempo sentí un vacío enorme en el estómago al ver cómo mi tierra se está perdiendo a muchas de ellas. A demasiadas. Por suerte, los tiempos cambian. Y al igual que yo he sido testigo de cómo la paridad está cada vez más visible en este oficio, y por qué no decirlo, también de nuevos pasos hacia las mejoras laborales, ojalá quienes me sucedan puedan celebrarlo llegando más allá: alcanzando de verdad la conciliación laboral y el sueldo digno para la mayoría, sean hombres y mujeres, de quienes se dedican a contar con honestidad y pasión lo que pasa en el mundo.

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