No nos olvidemos de Gaza

Israel ha bombardeado Gaza, en la madrugada de ayer martes. Han sido decenas de ataques aéreos en distintas partes de la Franja en apenas dos horas, mientras dormia la población y en medio del mes sagrado del Ramadán. Las imágenes difundidas por los periodistas locales -Israel impide la entrada de prensa a Gaza desde que empezó la guerra - muestran cadáveres de bebés y niños en el hospital, decenas de cuerpos sin vida en las morgues, cadáveres acumulados en los hospitales.

Es la realidad de Gaza: un genocidio cometido por el gobierno israelí con la población palestina. No termina uno de entender el olvido de los pueblos y del sufrimiento padecido. ¿Cómo los gobernantes israelíes olvidan lo que el nazismo hizo con su pueblo? ¿Cómo realizan los mismos asesinatos de ancianos, mujeres y niños? La maldad humana no conoce límites.

Netanyahu ha aprovechado un alto el fuego para, de noche y con alevosía, bombardear sin compasión a la población civil, con el beneplácito del fascista Trump, que quiere aprovechar el sufrimiento y la muerte de tantos inocentes para construir sobre los cadáveres gazatíes una zona turistica: la riviera de Gaza, con sus hoteles, sus casinos, sus playas y sus estatuas de oro. La riqueza del mal edificada sobre los esqueletos y huesos de los empobrecidos. La historia mil veces repetida.

No nos olvidemos de Gaza, denunciemos la matanza que en esa parte del mundo se está produciendo. Maldigamos las guerras y a los asesinos que las hacen. Maldigamos a los fabricantes de armas, a los genocidas, a los imperialistas, a los que bombardean a inocentes mientras se fuman un puro con las piernas en lo alto de la mesa. Malditos los que negocian con la vida humana.

No nos olvidemos de Gaza. Digamos no, no, no a las guerras; no al odio, no a los beneficios derivados de la venta de armas, que no sirven más que para matar, para causar dolor, para destruir pueblos, escuelas y hospitales.

Apostemos por la paz, que como decía un sabio no es la ausencia de conflictos sino la práctica de la justicia…