El ocaso de Pedro Sánchez

Crónicas levantiscas

05 de diciembre 2024 - 03:06

El ocaso de Pedro Sánchez comenzó el 24 de abril, cuando sometió a su partido a una prueba de estrés emocional con la intención de obtener una muestra de adhesión personal justo en el momento en el que comenzaban los problemas judiciales de su esposa. El 41º Congreso Federal ha seguido el mismo marco, aunque Sánchez no llegó a Sevilla enfadado con su equipo más cercano como ocurrió en abril, sino todo lo contrario, agradecido y acompañado en su penar por Santos Cerdán y María Jesús Montero, también acusados por Víctor Aldama en sus primeros fuegos de artificios en esta estrategia procesal que recuerda mucho a la que Mario Conde desplegó en la última legislatura de Felipe González. Por eso, y por muchas otras razones, ambos fueron confirmados al frente de una Ejecutiva donde no ha cambiado ni la portavoz.

Sánchez es un gran analista de la sociedad española, lee mejor los tiempos que sus coetáneos y lo que está anticipando es un fenómeno mundial de guerra cultural, una polarización extrema en la que hay dos bandos muy igualados que engullen como agujeros negros todos los matices que haya a su alrededor, es una lucha entre némesis de la que él es uno de los propulsores, pero no el único. El propio PSOE es una de estas estrellas que ha caído más allá del horizonte de sucesos, y eso es lo que se ha visto en el congreso sevillano, un partido que ha sucumbido a la masa gravitatoria de su líder.

Pero el liderazgo de Sánchez sólo se basa en estos momentos en el poder del Gobierno, tiene la potestas pero no la auctoritas, él no levanta pasiones entre la militancia, se le reconoce la astucia de haber acabado con Podemos y hasta genera un movimiento de solidaridad sincero por los frentes judiciales a los que tiene que hacer frente, pero ya hay muchos que intentan vislubrar cómo se tendrá que reordenar el PSOE cuando el presidente se vaya o deje de ganar las elecciones. Y es más probable lo primero que lo segundo, el ocaso del sanchismo comenzó en abril. Será más o menos largo, pero la cuenta atrás ha comenzado.

La renovación de las baronías autonómicas que está promoviendo forma parte de una hoja de ruta natural que las organizaciones siguen en los momentos de cambio, y de la que van a salir los próximos liderazgos socialistas si de verdad tienen la valentía para ello.

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