
Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Fétido 'dèjá vu'
Anda mi villano favorito a la gresca con media España porque los del PP, muy cucos, le están sisando la autoría de los descuentos para el transporte público. El ministro se ha enfadado tanto que hasta ha tomado medidas legales porque la consejera de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda de la Junta, Rocío Díaz, ha vendido como propia la gratuidad del abono de transportes infantil hasta los 14 años, cuando en realidad se trata de una bonificación que va a pagar el Gobierno de España por iniciativa de su ministerio. Le ha dao coraje al hombre, y se entiende, que la Junta esté jugando al trile con el asunto y se apropie del descuento sin informar claramente de dónde proviene la financiación, algo a lo que los gobiernos autonómicos están obligados por ley, como pasa con los proyectos que paga la UE.
Dentro de su plan de medidas de promoción del transporte público, el Gobierno activó hace ya unos meses casi 900 millones de euros para rebajar los precios durante todo 2025, una campaña que subvenciona la gratuidad para niños en toda España y ofrece descuentos del 50% para jóvenes y del 40% para el resto de la población a partir del 1 de julio y hasta el 31 de diciembre de este año. Hace unas semanas fue la Comunidad de Madrid la que omitió (digamos, mejor, que lo camufló convenientemente) de dónde venía realmente la ayuda, así que Óscar Puente ya venía calentito, y me da a mí que se calentará aún más conforme vayan saliendo otras instituciones peperas con el mismo cuento, como por ejemplo ha hecho ya el mismísimo Ayuntamiento de Huelva, que ha rizado el rizo haciendo trile del trile al adjudicarse para sí y para Emtusa la medida del Gobierno y la de la Junta a la vez.
Este tipo de juegos malabares que hacen los políticos con tal de no reconocerse mútuamente los méritos, o de apropiarse de los méritos ajenos, forma parte de su día a día. En Huelva lo sabemos bien, solo que aquí ocurre a la inversa y lo que hacen es echarse encima los deméritos haciendo como si ellos no hubieran pasado por aquí antes nunca. Lo hemos visto con el AVE, con el desdoble de la N-435 o el tercer carril de la A-49, que parece que en treinta años nunca gobernó en España el PP, y también con las listas de espera, las carencias de los hospitales de Huelva y, por supuesto, el prometido Materno Infantil, que cualquiera que los escuche pensará que el PSOE no ha tenido la oportunidad de arreglarnos todo esto en sus cuatro décadas de Régimen. La cosa es que ellos, así, a lo tonto, consiguen meternos en el debate de si esto es culpa de tal o si es de cual, si lo paga menganito o si lo hace zutanito.
Imagínense ustedes la cara de tonto que se nos debe ver a los de Huelva en toda esta vorágine con lo lejos que nos caen a nosotros los Cercanías, los Avant y las bicis públicas. Por no tener, casi no tenemos ni trenes. Porque esa es otra: ellos se pelean para ponerse la medallita, pero quienes pagamos somos nosotros, y además a partes iguales. Que no deja de tener su gracia, a quien se la haga, que paguemos las gambas a medias cuando aquí no nos comemos ni los roscos.
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