Sin Pantoja, sin Bisbal, sin tren

Izadas todas las banderas que nos dan una excelencia turística absoluta, pero con unas carencias básicas de siempre, lo cual provoca el sonrojo al más pintado. Nos hemos comido medio año y nos adentramos en pleno mes de julio.

Juro y perjuro, que intento organizarme la agenda, y priorizo así para no perderme ningún sarao y compromiso veraniego, pero aún así os traigo de nuevo mis papas con choco. Tenemos, entre otras muchas cosas, entonando ya a mis queridos campanilleros de la Virgen de la Cinta, tenemos aterrizando los nuevos fichajes del Decano y abierto el plazo de renovación de abonos; esperando está también la Virgen del Carmen, la Copa del Rey de tenis, la vuelta de nuestro querido Trofeo Colombino… Y como guinda a un pastel, teníamos un ilusionante cartel con artistas de primera categoría para un festival, el Onuba Live, que finalmente se ha quedado en nada.

No me sorprendería nada que al ver la aventura de cómo llegar hasta Huelva, La Pantoja, Bisbal, y Andy y Lucas hayan decidido no venir. De nuevo, la realidad nos da un mazazo, y si queremos delicatessen, tendremos que seguir haciendo como toda la vida: desplazamiento a 90 kilómetros (en coche, claro) para disfrutar de verdad de los Luis Miguel, Marc Anthony, etc.

Pero, bueno, sin acritud, que luego se me ofenden. Sinceramente, es de agradecer la buena voluntad y el sacrificio de quien gestiona cada iniciativa desde el organismo que sea, pero mientras no se solucione la raíz del problema, tendremos pan para hoy y hambre para mañana. Da igual desde cuando tengamos el problema, cómo y de quién haya sido heredado, pero es más que evidente, y ya hasta provoca la burla ver que día tras día aquí seguimos igual mientras los vecinos avanzan y evolucionan y se destinan partidas para nuevas necesidades, o simplemente para nuevos atractivos, con el consecuente beneficio.

Es sabido que por castigo tenemos una gastronomía única y un entorno privilegiado. Eso, ni se compra ni se vende, y de ello llevamos años viviendo. Pero dicho atractivo debe de ir acompañado de comodidades y facilidades, de nuevos atractivos para todo aquel que lo desee. Que realmente venir sea un verdadero privilegio, y volver sea una verdadera ilusión. Y lo que ocurre con los trenes para llegar a esta provincia desilusiona a cualquiera.

Papas con choco muy reflexivas éstas… quizás mi nueva residencia veraniega, el nuevo entorno y el agua tan fría anden haciendo mella.