Los patinetes del infierno

20 de febrero 2025 - 03:06

Hola, me llamo Paco y me gustaría que todos los patinetes eléctricos desaparecieran del mapa. De paso, también eliminaría a quienes los conducen, porque son unos maleducados, incívicos y mamarrachos que no respetan nada. Me refiero, por supuesto, a los que no siguen las normas de circulación.

Los patinetes eléctricos y el resto de vehículos de movilidad personal deben estar conducidos por una sola persona, deben circular por carriles bici o por la calzada, y su uso está prohibido en aceras y zonas peatonales. No se deben superar los 25 km/h y no se pueden usar auriculares ni teléfono móvil.

Mi edad quizás sea la causante de que las capacidades físicas que tengo en nómina no sean las más óptimas, ya que a mis 88 años mi mayor preocupación cuando salgo a la calle es no terminar por los suelos atropellado por uno de estos jinetes del infierno.

La acera está reservada al tránsito de peatones, ¡y punto! Cada vez que salgo a dar mi paseo mañanero trago saliva antes de salir del portal, porque no sé si será el último día que vea la luz del sol; a las doce en punto me tengo que comer los ocho arándanos, las cuatro nueces y la pera; no disfruto de mi almuerzo si llego a casa cabreado día sí, día también.

Los ayuntamientos actúan conforme van ocurriendo los siniestros. ¿La concejala de seguridad ciudadana está sentada en su mesa de caoba esperando a que me lleven por delante? No veo que la Policía vigile ni castigue estas infracciones; el permiso de armas me caducó hace ya unos años, el tirachinas no lo encuentro y mis piernas no son las de antes: no podría hacer una operación de retirada con dignidad.

Los demonios de dos ruedas con los que tengo que enfrentarme cada día, además, son contestones y algunos se me han puesto gallitos cuando les he dicho algo. He sobrevivido a una guerra, a una dictadura, a la subida del precio de la luz y ahora me enfrento al desafío de cruzar la calle sin ser embestido por un patinete a 40 km/h … ¡Fiuuuuum!

Antes, caminar por mi barrio era un placer. Ahora, es una prueba de supervivencia. Ya no solo hay que esquivar baldosas sueltas y cacas de perro, también hay que estar atento a estos heraldos del atropello que aparecen de la nada. ¿Se supone que tengo que llevar retrovisor? El otro día me pasó uno tan cerca que sentí el aire en la oreja. A los tres segundos desapareció tras la esquina, como un fantasma, dejándome temblando y con la tensión por las nubes.

Estos que van por la acera como locos no son conscientes del peligro: casi 300 accidentes en el año 2023, con 187 personas accidentadas, entre conductores y peatones, y 12 víctimas mortales. La mayoría de traumatismos en las urgencias de los hospitales son por culpa del patinete y no dejan de aumentar los siniestros cada año.

Para terminar con mi denuncia, sólo quiero avisaros de que si se me va la cabeza, que por ahora la tengo muy buena, puede que pasen cosas. Señora concejala, ponga orden, por favor. ¡Feliz jueves!

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