El racismo del miedo

Estas últimas semanas de agosto hemos asistido a declaraciones contra los inmigrantes que llegan a Europa, huyendo de la miseria, la persecución o las guerras. Hemos observado cómo en Alemania la socialdemocracia ha copiado el discurso xenófobo de la ultraderecha nazi para intentar ganar unas elecciones, ni por esas. En Inglaterra el flemático pueblo inglés se echó a la calle persiguiendo a inmigrantes, mientras el primer ministro laborista habló de deportaciones masivas, igual que aquí hizo el presidente del Partido Popular para solucionar la llegada de inmigrantes a Canarias.

En el mientras tanto la extrema derecha lanzaba el bulo de que el asesinato de un niño en Mocejón (Toledo) había sido cometido por inmigrantes, relacionando así inmigración con delincuencia, algo que también señaló el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, del PP. Y hasta el presidente del gobierno sugirió deportaciones legales para solucionar la llegada de inmigrantes en situacion irregular.

Los medios de comunicación hablan de que los partidos democráticos para poder frenar a la ultraderecha le “compra” el discurso xenófobo y yo me pregunto que si eso es verdad, si para ganar elecciones o ir eliminando a los partidos autoritarios y xenófobos, hemos de desarrollar un discurso contra los inmigrantes, eso significa que España es un país racista. Lo hablaba el otro día con una amiga y esta me decía que no, que a ella le parecía que era más el miedo y la inseguridad propiciada por el discurso que estos grupos emitían por las redes sociales.

Pensando en sus palabras he llegado a la conclusión de que efectivamente hay un racismo propiciado por la letanía de la inseguridad, del no poder salir de noche, del miedo a la ocupación, a la falta de empleo, etc… Esas falacias siempre culpan a los inmigrantes de ser los causantes de todas las desgracias y el inmigrante no es el enemigo. Hay un racismo del miedo en un país del miedo. Ese miedo hay que desmontarlo, los bulos y las mentiras hay que desenmascararlas. La inmigración es necesaria, sin inmigración habría trabajos que nadie haría. El mestizaje hace que los pueblos avancen. Como dice Pedro Guerra: “Contamíname, mézclate conmigo”. Aquí hay sitio para todos.