La razón de la prudencia entre el ser o no ser del Decano

El segundo proyecto de Oscar Arias, cabeza visible de la comisión deportiva contando con el apoyo de la confianza depositada en Ábel Gómez, que inicia su tercera temporada, tiene que adaptarse a las limitaciones de las restricciones económicas. Los recursos y el nivel del equipo se topan con el trabajo de otra pretemporada atípica por el goteo en la composición de la plantilla, que afecta al reciclaje en el trabajo previo. Y es que hay que competir desde el primer día para alcanzar los objetivos y para cumplirlos es prácticamente obligatorio disponer de una adecuada planificación en la puesta a punto. 

El Recreativo lleva incluido en su identificación el vínculo de la imposición moral de amortizar cada temporada la responsabilidad de que su mayor ambición es vivir en el campo siendo uno de los referentes de la categoría, sin acordarnos de que para aspirar a un ascenso no basta con el nombre mirando atrás. Y como se terminó en el umbral del playoff, ahora lo siguiente es la exigencia de lo máximo. Hay casos como Deportivo y Córdoba que han tenido que sufrir cuatro y cinco años, respectivamente, para volver al fútbol profesional con presupuestos acordes en cada reto anual y soportando desilusiones.

La gente por la calle se impacienta, siempre pide más sin pensar en la liquidez al desear lo mejor, pero solo observa lo que tiene delante ¿qué pasa con los fichajes? ¿qué están esperando, que no los quiten los demás? La pasada campaña el cargo de la plantilla, según los datos, ascendió a 1.245.000 euros y los abonados aportaron 1.210.000 euros. Lo primero es mantener la masa de los 13.671 fieles porque subirá el coste del plantel por razones obvias. Y el análisis de los clubes del grupo 2 de la Primera Federación evidencia que el Recreativo, una vez más, estará entre los integrantes de la zona media-baja en relación al presupuesto. La razón de la prudencia con todo lo que tiene encima ser o no ser del Decano.