El rearme

Su propio afán

11 de marzo 2025 - 03:05

La llegada de Trump a la Casa Blanca ha propiciado un inédito afán por reactivar los ejércitos europeos. El motivo puede ser un poco precipitado, pero bien está tomarse en serio la propia seguridad, y habrá que agradecérselo a Donald. Además, el rearme, si se hace con inteligencia (y sin comisiones), implicará un ajuste económico de gastos absurdos y/o ideológicos. Y una industrialización en paralelo, porque sin independencia energética, tecnológica y agrícola, no hay defensa que valga. Tampoco sin un reverdecimiento del sentido del deber y del amor a la patria y sin una revalorización del sacrificio.

Dentro de ese rearme integral, las letras deberían tener su papel. Don Quijote se desgañitó explicándoselo a los cabreros: las armas y las letras son mutuamente dependientes. Una justificación jurídica y política ha de sostener el ejercicio de la fuerza, si no queremos que sea nuda violencia. Más aÚn en democracia, donde el pueblo soberano ha de entender lo que nos jugamos.

Dentro de las letras, hay que cuidar el lenguaje, del que penden nuestra literatura y la calidad de nuestro pensamiento. Uno musita con Unamuno: “La sangre de mi espíritu es mi lengua/ y mi patria es allí donde resuene/ soberano su verbo, que no amengua/ su voz por mucho que ambos mundos llene”. La extensión geopolítica está clara en los versos de Unamuno, pero también la expresión intransferible. No sanaremos de la anemia espiritual si no cuidamos la lengua, sangre del espíritu. De la penuria expresiva proviene un inquietante empobrecimiento de la experiencia del mundo y de la vida. Lo advirtió el llorado Ratzinger: “Nuestra vida espiritual depende por completo del lenguaje”.

Y Vicente Núñez subrayó el matiz político: “Sólo la independencia otorga lenguaje”; que es una frase reversible. Sólo cuidando nuestro idioma y nuestra cultura tendremos verdadera independencia de espíritu, sobre la que se edifican todas las soberanías subsiguientes.

No me creeré los alarmismos climáticos hasta que nuestros ecologistas no clamen por la energía nuclear, que es la más limpia y menos perjudicial para el medio ambiente. Para este supuesto afán por la defensa disponemos de dos test del algodón. La misma energía nuclear, porque sin autonomía energética no hay tanques que valgan. Y el cuidado de nuestra educación, de nuestro nivel cultural y de nuestra conciencia civilizacional, que son la energía nuclear de una nación.

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