Cambio de sentido
Carmen Camacho
¡Oh, llama de amor propio!
graderío
ERA gol. Pequeñito, con un físico poco deportivo, alejado de los deseados modelos de futbolista-objeto de hoy en día... pero era gol. Puro nervio, rápido, potente, no muy plástico, pero efectivo. Así era Jesús Alzugaray, puede que el futbolista del Recre más recordado hoy en día por muchos de los que no le vieron, y por todos los que sí tuvimos la fortuna de disfrutarle.
De la mano de Víctor Espárrago, su mentor, su padre futbolístico en Huelva, Alzugaray sembró de goles la Segunda División y, ¡ay, qué pena!, le faltó un poquito para redondear aquellos venturosos años con el salto a Primera. ¡Maldita promoción!
Aunque no fue el mejor Recre de la historia -final de Copa, meritoria temporada con Marcelino, éxitos puntuales como el día del Bernabéu...- se añora bastante. No sólo por él, sino por otros jugadores como Luzardo -¿qué precio podría tener hoy esa pareja?-, Ramón Vázquez, mi paisano Márquez y algunos más. Aunque en el recuerdo queda siempre Alzugaray, porque el gol es el gol.
Cuánto disfrutamos con ese equipo que tenía empaque. Se hacía fútbol con Luzardo y lo remataba Alzugaray. Era un guión conocido: Luzardo encontraba el pase adecuado, desde cerca o desde lejos, y el pequeño -todo el mundo le conocía como El Pitufo- se encargaba del resto. A veces simplemente le bastaba con ser más rápido que el defensa; otras, hasta daba la sensación que se gustaba un poquito en el choteo antes de marcar -Ormazábal, portero entonces del Bilbao Athletic, supo muy bien de qué hablo-.
Si después de casi 20 años el aficionado del Recre sigue añorando a este uruguayo patizambo es porque el recuerdo que dejó es imborrable. Yo no he visto nada igual.
También te puede interesar
Cambio de sentido
Carmen Camacho
¡Oh, llama de amor propio!
Yo te digo mi verdad
Un mundo de patriotas
La ciudad y los días
Carlos Colón
María Celeste
Su propio afán
Enrique García-Máiquez
La evasiva geopolítica
Lo último