¿Reforma?

04 de julio 2024 - 03:07

La visión objetiva de la realidad, que muchos españoles se niegan a plantearse, nos venía demandando desde hace mucho tiempo, un planteamiento absolutamente legal de nuestro Estado de Derecho, lo cual resultaba inviable sin el establecimiento de una rigurosa y legítima separación de poderes, una imprescindible independencia judicial, sin las cuales no es posible una auténtica democracia. El acuerdo firmado por socialistas y populares, que ha protagonizado uno de los acontecimientos más trascendentales de nuestros días, y tal vez de mucho tiempo en el devenir de nuestra historia política, con todas las luces y las sombras que muchos se empeñen en argüir, fruto de desconfianzas, reservas y otras actitudes más o menos interesadas, es – a mi modesto entender - el mejor pacto posible en el fundamental desarrollo de nuestra democrática vida política. No es, ni más ni menos, que asentar los principios constitucionales y el ordenamiento jurídico que imponen las instituciones europeas en favor de una justicia independiente que regule incompatibilidades e intervencionismos abusivos del poder ejecutivo.

Que las alborozadas y jubilosas celebraciones sobre la bondad del acuerdo del ministro Bolaños en el Congreso, se trocaran por arte de magia en sus declaraciones – como igualmente la desafortunada intervención de Patxi López en la misma cámara – en las que afirmaba que el pacto sobre la elección de los jueces “no es vinculante”, supone todo un desafío a las recomendaciones de la Unión europea ya que la Comisión correspondiente supervisará que la reforma del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) pactada por PP y PSOE siga el modelo de los países donde los jueces eligen a los jueces, despolitizando la Justicia, como debe ser - y es - en los regímenes auténtica y genuinamente democráticos. Que un pacto entre caballeros, entre hombres de honor – se supone – se vea trufado de trampas, triquiñuelas y artimañas presuntamente judiciales, es una añagaza inadmisible en un acuerdo de esta magnitud y transcendencia legal y política.

En toda esta vorágine de sospechas, desconfianzas, dudas y recelos, dada la proverbial falsedad y doblez del gobierno, se ha alzado firme, más que otras veces, - reforzado en esta nueva refriega -. la voz de Núñez Feijóo, quien dijo;”No se modificará ni una coma del pacto; si no, no habrá ley ni renovación del CGPJ” o la contundencia con la que se manifestaron jueces, magistrados y fiscales tras la firma del acuerdo: “El cambio del sistema de elección de los vocales tiene que cumplirse”. Por su parte La Comisión Europea ha reafirmado su vigilancia para que la reforma del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) acordada por PP y PSOE sea exactamente el modelo de los países donde los jueces eligen a los jueces, en un plazo de seis meses, sin que se rebajen ni un ápice las expectativas ni se articulen supuestas maniobras presuntamente judiciales para adulterar o incumplir el pacto. Todo por una justicia indepediente.

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