Sánchez desencadenado

Pedro Sánchez, en la comparecencia tras la ronda celebrada en La Moncloa.
Pedro Sánchez, en la comparecencia tras la ronda celebrada en La Moncloa. / J. J. Guillén · Efe

14 de marzo 2025 - 06:31

LAS políticas rupturistas de Donald Trump no han dado a Pedro Sánchez la oportunidad que él creía que se le abría para presentarse como el campeón europeo contra el populista estadounidense. Antes al contrario, las patadas al tablero internacional del presidente de Estados Unidos han acorralado aún más a su homólogo español, que ya sobrevive a la legislatura inviable que armó mediante una transacción corrupta: la amnistía.

Incluso después de consumar nuevas cesiones vergonzantes ante sus socios independentistas, Sánchez no ha visto despejado su futuro: ni tiene Presupuestos ni se les espera (es pertinente insistir que sigue incumpliendo la Constitución por no presentar un proyecto de cuentas estatales desde que fue investido), sus socios –todos– no le garantizan apoyo y su debilidad le deja en precario ante la UE en el complejo contexto internacional, como demostró ayer.

La ronda que convocó en La Moncloa, en una displicente fórmula que trata de situar por encima al poder Ejecutivo sobre el Legislativo, y con enorme desprecio al único partido que podría garantizarle apoyo parlamentario al aumento obligado y urgente del gasto en defensa por parte de España.

Acorralado como está, Sánchez se vuelve más peligroso. Una de las escasas conclusiones del carrusel de citas en La Moncloa que sacamos es que Sánchez acelera su deriva iliberal y hace realidad la amenaza que anticipó en un Comité Federal del PSOE de que iba a gobernar aun sin el concurso de las Cortes Generales, porque en el Congreso no conserva la mayoría que le invistió y en el Senado la tiene el PP y absoluta. Pura autocracia, como recordó Alberto Núñez Feijóo.

La jornada de ayer nos mostró a un Sánchez desencadenado, que confirma al BNG que no someterá a votación en las Cortes el aumento del gasto militar o que cita por primera vez en democracia a EH Bildu en la sede del poder Ejecutivo mientras veta a Vox.

En la ecuación influyen también los procesos judiciales que investigan episodios de corrupción en su entorno familiar y político.

En ese contexto se duda sobre qué debe hacer el PP. Y no debería haberla: un partido de Estado ha de comportarse como tal incluso aunque el PSOE haya dejado de serlo. Lo último que quiere Sánchez es que se visualice que no tiene apoyos para gobernar y que el PP tiene que rescatarle. Está en juego la seguridad y la defensa de España y Europa, y eso exige altura de miras y hay que exigir a Sánchez que no se burle del Parlamento, porque además tampoco iría a elecciones si se visualiza su inexistente mayoría.

stats