
El zurriago
Paco Muñoz
Si es que no estáis contentos con 'na'
El zurriago
Me apuesto con ustedes la mitad de mi fortuna a que ni la mitad de ustedes tiene la más mínima idea de a quién me refiero si les hablo de Marina Álvarez.
Tic-tac, tic-tac…
¿Nada, verdad? Y eso que la mujer, fíjense, es de largo una de las personas que más ha influido (por omisión más que por acción) en la crónica política y social de la provincia desde que, el 4 de abril de 2018, hace casi siete años, anunciara a bombo y platillo que el Gobierno andaluz levantaría un Hospital Materno Infantil en la única provincia andaluza que carecía de este servicio: Huelva. Supongo que la por entonces consejera de Salud de la Junta de Andalucía no esperaba que ocho meses después de aquello a Susana Díaz le ganara la partida un tripartito de lo más extraño que, empeñado en propiciar el ansiado “cambio” en Andalucía, le dio la presidencia de la Junta a Juanma Moreno, que, por algo será, ahí sigue y no parece que nada vaya a moverlo de momento. Iba a ser aquel, les decía, un hospital nuevecito, potente, de envergadura, como los tres puentes a Punta: 20.000 metros cuadrados, una área pediátrica y otra de Obstetricia y Ginecología, 117 habitaciones de 25 metros cuadrados cada una (individuales, encima, como en la Ruber), siete quirófanos, 38 consultas, 2 hospitales de día quirúrgicos, una nueva UCI para cuidados intensivos neonatales y cuidados intensivos pediátricos y una área específica para Salud Mental Infantil, entre otras cositas que, ya me dirán ustedes, ni en nuestros sueños más húmedos.
Lejos de achicarse, la nueva Junta recogió el testigo de la fantasía y ahí que vino un día de marzo de 2019 Jesús Aguirre, en aquel tiempo consejero, a anunciarnos que aquello iba palante y que incluso ya habían adjudicado la redacción del proyecto básico y de ejecución de las obras de una infraestructura que iba a suponer “una mejora asistencial sin precedentes” desde la construcción del Juan Ramón. Poco mérito, desde luego, si tenemos en cuenta que no hemos tenido ni un mísero chare en décadas, pero mérito al fin y al cabo.
De un día para otro el Materno Infantil había engordado cuatro millones de euros y se había estirado 2.000 metros, pero cómo no le pegaría el Covid al pobrecito que, tres años después, en 2022, el hospital encogió tanto que se convirtió en ala, quedando relegado a una extensión del Juan Ramón Jiménez. El otrora flamante hospital se había quedado en los huesos, y eso a pesar de que iba a costar casi el doble que el de 2018. Hubo gresca y la entonces consejera Catalina García, famosa por lo de “no podemos consentir gastar dinero de más en infraestructuras innecesarias”, reculó y anunció que vale, que escucharía a los sanitarios y que pronto traería un nuevo dibujito que se acercara más a nuestros deseos. Dicho y hecho: en septiembre ya estaba anunciando el nuevo proyecto. Iba a salir a licitación en 2023. Luego, en 2024. Lo presentaron antié, y estará hecho, si es que está, allá por 2030.
Veinte años antes que el Ave, leche, que os quejáis por vicio. No estáis contentos con na.
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