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Letras en Sevilla es un ciclo de charlas y debates que organizan cada año en la Fundación Cajasol el escritor Arturo Pérez-Reverte y el periodista Jesús Vigorra y que logra reunir una nómina importante de primeras figuras de la cultura, la política y el periodismo. En esta ocasión, con una respuesta muy numerosa de público, se trataba de responder a la pregunta Políticos: ¿solución o problema? Dentro del programa uno de los platos fuertes lo constituyó un cara a cara entre el portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, y Patxi López, que ocupa el mismo puesto en el Grupo Socialista. En este encuentro se planteaba otra cuestión: PP y PSOE, ¿condenados a no entenderse?
Todos los que tuvimos ocasión de asistir, salimos convencidos de que ambos interrogantes habían obtenido respuesta. A la primera cuestión, sí: sin duda los políticos son el problema y no la solución. A la segunda, otro sí: desde luego, por lo visto allí, los dos grandes partidos españoles están condenados a no entenderse mientras que sus dirigentes tengan la altura de los actuales.
Lo que se vio en Cajasol el martes fue como una sesión de control del Congreso corregida y aumentada. Tono bronco y atropellado, repetición de argumentos manidos, falta de cualquier planteamiento original y un permanente y tú más para no llegar a ningún sitio. El debate no dejó de tener algunos momentos que situaban a los intervinientes en el nivel en el que de verdad están, como cuando, a preguntas del moderador, el portavoz del PP fue incapaz de señalar un título de un libro que le hubiera llamado la atención o declaró no haber tenido otro referente político en la historia que Alberto Núñez Feijóo. Ni el socorrido Winston Churchill se le vino al hombre a la cabeza.
Ninguna sorpresa. La política española lleva sumida en este marasmo muchos años, lo que no invalida que siga siendo el único instrumento posible para cambiar las cosas y hacer que la sociedad avance. Es así desde que la humanidad aprendió a vivir en sociedad y todavía no ha encontrado una forma mejor de organizarse. El problema no es, por tanto, la política, sino en manos de quiénes está. La política es útil y política es que se pongan las condiciones para que haya crecimiento económico, prestaciones sociales o creación de empleo. Otra cosa es que haya unos políticos que se enredan en sus cosas y que muchas veces parece que viven en una burbuja que no tiene nada que ver con el mundo verdadero. Eso sí que es un problema.
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