Trabajas menos, trabajar todos

23 de octubre 2024 - 03:06

La lucha por la reducción de jornada ha sido una constante del movimiento obrero. En esta legislatura, el Ministerio de Trabajo ha realizado una propuesta para reducir la jornada laboral de cuarenta horas semanales a treinta y siete horas y media, sin reducir los salarios. Es un cambio que la izquierda y los sindicatos llevan reclamando desde hace muchos años y que la Patronal lleva rechazando todos esos años. Los estudios del Ministerio de Trabajo destacan que la reducción de jornada beneficiaría a unos doce millones de personas, mejorando sus condiciones laborales y creando empleo. Trabajando menos podemos trabajar todos. La Patronal y una parte de la derecha argumenta que la reducción afectaría a la competitividad de las empresas y provocaría una crisis económica en las mismas.

Sin embargo, el actual avance tecnológico, refuerza el posicionamiento de los sindicatos y el Ministerio, evidenciando que la productividad no depende de más horas de trabajo, sino de una distribución más justa de los beneficios. La digitalización y el aumento de la plusvalía, sin mejora salarial, han beneficiado a las empresas. Una jornada reducida puede implementarse sin afectar a la economía nacional, a la productividad, más bien puede ser el primer paso hacia una sociedad más justa, donde la precariedad y el agotamiento laboral dejen de ser una norma aceptada. Se trata de potenciar un modelo de vida que prime el bienestar, el ocio y el desarrollo personal.

La reducción de la jornada laboral no sólo es una reivindicación económica o una batalla política y sindical, es también un derecho fundamental, como lo fue, en su momento, la jornada de ocho horas, las vacaciones pagadas o el derecho a una baja médica. Estamos hablando de una cuestión de justicia social, de una cuestión de profundización en la democracia. Los adelantos tecnológicos permiten reducir el tiempo de trabajo. Eso es una realidad. Aprovechémoslo para mejorar la salud y el tiempo laboral y familiar del mundo del trabajo, para que trabajemos más personas, para que más personas podemos desarrollar un proyecto de vida más humano, para que más personas podamos conciliar.

Hoy más que nunca, frente a los desafíos tecnológicos y la precarización laboral, la reducción del tiempo de trabajo no debe ser vista como un privilegio, sino como una exigencia democrática que garantice una vida más digna y un futuro más justo. Trabajar menos para trabajar todos.

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