Qué es ultraderecha para Sánchez

La ciudad y los días

11 de marzo 2025 - 03:05

Sánchez no convocará a Vox para tratar de la seguridad en Europa porque es un partido de extrema derecha. Pero sí se reúne con Junts en el extranjero, porque su líder es un prófugo de la justicia, y pacta con ellos lo que le exijan a cambio de sus siete votos. Entre otras cosas, una ley migratoria claramente supremacista y xenófoba. Se ve que hay una extrema derecha que debe aislarse y otra con la que se puede pactar.

“Señor Feijóo y PP –ha dicho–, a nosotros nos preocupa la seguridad de Europa, no la soledad de la ultraderecha. Miren a Alemania y a otros países donde hay un centro derecha que no se tutela por la ultraderecha, sino que se independiza y se distancia. Cuanto más aislada esté la ultraderecha, más segura está Europa”. Los encuentros con el prófugo Puigdemont en Suiza con un mediador internacional y someterse a todas sus imposiciones, incluso a las de carácter ultranacionalistas y xenófobas, es, por lo visto, una forma de aislar a la ultraderecha para garantizar la seguridad de Europa. Cuando pone como ejemplo la formación de un gobierno de coalición alemán entre el centro derecha que ha ganado las elecciones y los socialistas que quedaron en tercer lugar olvida –no: lo ignora cínicamente– que aquí tuvo mucho más fácil que en Alemania formar un gobierno de coalición: el PP, como en Alemania, ganó las elecciones, el PSOE quedó en segundo lugar y la extrema derecha y la extrema izquierda en tercer y cuarto lugar. Sin embargo, Sánchez prefirió cogobernar con la cuarta fuerza, Sumar, con el apoyo de la quinta (ERC), la sexta (Junts), la séptima (EH Bildu) y la octava (PNV) en una parodia de un frente progresista de izquierdas en el que se integraban la derecha vasca y la ultraderecha catalana. Otra curiosa forma de aislar a la ultraderecha.

Convocar a todos los partidos salvo a Vox es un acto dudosamente democrático. Quien me lea con cierta regularidad sabe que siento por Vox la misma simpatía que por Sumar, Podemos, Junts y no digamos Bildu. Pero, de una parte, lo votaron 3.057.000 españoles que tienen tanto derecho a que Vox sea convocado a la Moncloa como los 395.429 o los 335.129 que votaron a Junts y a Bildu, que no muchas lecciones de democracia pueden dar a Vox. Mientras, de otra parte, ningunea al partido de centro derecha que ganó las elecciones con 8.160.837 votos. Y además da lecciones.

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