Vado permanente

10 de enero 2025 - 03:05

Hace poco más de un año tomé la decisión de comprarme una moto, eléctrica para no depender de gasolineras, para las incursiones al centro de la ciudad. Todo un acierto porque el centro está imposible para los que vivimos en alguna de las zonas más alejadas al mismo. La zona azul o naranja es una jungla, y los aparcamientos privados un sobrecoste inasumible si, como es mi caso, vas dos o tres tardes por cuestiones médicas y extraescolares (o las que fueran). Está la opción de ir andando, una que uso frecuentemente cuando no existen horarios que estrangulen mi caminata, o la de los autobuses de línea, donde volvemos a la problemática del tiempo, no puedo disponer siempre de 26 minutos de espera en la marquesina. Por eso celebro anuncios como el reciente de la ampliación de las zonas de aparcamientos para motocicletas, pues van a favor de mi decisión pasada. En una localidad con tantos días de sol, con problemas de estacionamiento de vehículos, es ideal que se incentiven medidas para facilitar la movilidad, el siguiente paso podrían ser las bicicletas, con unas vías adecuadas y seguras, y el refuerzo de los señalados autobuses.

Otra cosa es que la reurbanización de la zona centro de la ciudad, entre peatonalizaciones, el redireccionamiento de las calles, y las obras, haya convertido la línea recta en un auténtico laberinto. Estamos a un paso de tener que movernos con GPS por nuestra propia urbe. A uno le da la impresión de que la parte noble de Huelva se convierte paulatinamente en un espacio más para turistas que para habitantes. Uno va al centro de visita, de paso. Habría que cuidar la sensación de pertenencia, de núcleo. Hemos perdido recientemente el edificio de la farmacia de la calle Concepción. Hace unos días hablaba con Gustavo en la Galería Espacio 0, pasen a disfrutar de sus exposiciones, sobre la esquina de su calle con el quisco de Baltasar, de aquella arquitectura que poco a poco se ha ido esquilmando. Ya en su día tumbamos un templo de la ciudad, su lugar comunal, el antiguo Mercado de El Carmen para dar paso a asfalto y coches. Cuando llega la Feria de la tapa y la carpa ocupa aquel lugar, el bullicio viene del fondo de la tierra. Del mismo modo que ahora se sacan aljibes o restos romanos o tartésicos, dentro de siglos no habrá posibilidad de excavar en los recuerdos, porque no quedarán rocas que llevarse a la memoria. Avancemos, con respeto a la identidad y la comunidad onubense, aprovechando oportunidades como la luz y el clima.

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