Gobernar sin presupuestos

Editorial

02 de febrero 2025 - 03:07

En lo que va de una legislatura que enfila ya su ecuador el Gobierno no ha logrado aprobar unos Presupuestos Generales del Estado. El último cambalache con Junts en el llamado decreto ómnibus parece abrir de nuevo la puerta a una negociación para que, aunque sea con retraso, haya Presupuesto en 2025. La falta de acuerdo con los socios que facilitaron la investidura de Pedro Sánchez, tanto a la derecha (Junts) como a la izquierda (Podemos), ha hecho imposible que se cumpla hasta ahora la premisa constitucional que obliga a llevar al Congreso un proyecto presupuestario. No parecía que el Gobierno le concediese demasiada importancia a seguir adelante la legislatura con las cuentas de 2022. En media docena de comunidades autónomas es también difícil que vaya a haber presupuesto este año después de que Vox decidiera retirar su apoyo a los gobiernos regionales del PP que sustentaba. Fue la consecuencia del pulso entre Santiago Abascal y Alberto Núñez Feijóo a cuenta de la inmigración ilegal. Es evidente que la falta de presupuestos no paraliza la gestión administrativa y que la prórroga de las cuentas en una opción que permite el ordenamiento jurídico. Pero queda claro también que es una situación que refleja un profundo fracaso de la política. Un Gobierno que no ha logrado sacar adelante unos presupuestos carece de un programa de impulso político y de capacidad de innovación. Se limita a gestionar el día a día con unas prioridades que se han quedado inevitablemente desfasadas. El hecho de que esta excepcionalidad se haya convertido en habitual refleja que el Gobierno de la nación, y lo mismo cabe decir de los autonómicos afectados, no tiene otro proyecto que su propia supervivencia. Es decir, se miran a sí mismos y no a sus administrados.

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