Una inflación controlada

Editorial

30 de agosto 2024 - 03:05

El dato adelantado de la inflación del mes de agosto –un 2,2%– se acerca al objetivo europeo de colocar el IPC en los dos puntos. Aunque el consumidor no nota en el bolsillo el descenso, porque lo que se modera es el incremento de los precios, no los precios en sí, esto supone un importante logro que a medio plazo sí se apreciará en nuevas rebajas de los tipos de interés. De hecho, la media del Euríbor, con el que se calculan las hipotecas, ha vuelto a caer. Después de las consecuencias de la guerra de Ucrania y de la crisis de oferta del gas natural, España recupera así una senda de precios moderados que se ha solventado gracias a una intervención en los precios de la energía y a las políticas monetarias del Banco Central Europeo. Los precios de los combustibles sí han bajado, llenar el depósito del coche cuesta ahora 9,6 euros menos que hace un año, lo que se debe a una caída del 10,8% del litro de diésel y del 9% en el caso de la gasolina. Es posible que, con motivo de la operación retorno de las vacaciones, estos combustibles recuperen algo de precio. El buen dato de inflación se debe, precisamente, al descenso de los precios de los combustibles y a la moderación del incremento de los alimentos y la energía. Por eso, la inflación subyacente, que no cuenta con estos conceptos por ser los más volátiles, aún se mantiene en el 2,7%. Bajó sólo una décima en agosto frente a las seis del IPC general. Los precios que más se han incrementados son los del sector servicios, en lo que influye la alta demanda del turismo durante los meses de verano. Los precios de los hoteles, bares y restaurantes se han incrementado en un nuevo año de cifras récord, aunque varias provincias comienzan a notar una leve caída de los visitantes. Es probable que este efecto sirva para reequilibrar al sector de cara a próximas temporadas. Lo importante es que las medidas antiinflacionarias no cesen, de tal modo que 2024 pueda acabar con el IPC en el 2%.

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