Inmigración: ni el más mínimo gesto

Editorial

04 de octubre 2024 - 03:06

En las últimas semanas han sido decenas las personas que han muerto tratando de llegar a las costas de Canarias, sobre todo a la isla de El Hierro, a bordo de frágiles y sobrecargadas embarcaciones. Frente a lo que ha ocurrido durante años en el Mediterráneo, la ruta del Atlántico es ahora la que usan con más frecuencia las mafias dedicadas al tráfico de personas. El número de fallecidos en ese intento en lo que llevamos de año se acerca a los ochocientos, según informes de la ONU, y lo largo de 2023 se contabilizaron 959. Estamos ante una tragedia humana para la que falta una respuesta adecuada por parte del Estado, que se ve con todos sus servicios asistenciales desbordados por una presión que no tiene trazas de moderarse. Mientras tanto, la cuestión de la inmigración sigue siendo un argumento de enfrentamiento político entre los partidos y se utiliza como munición en los diarios cruces de declaraciones que marcan la actualidad. El PP, cuyo presidente ha estado recientemente en Italia y en Grecia para analizar lo que se ha hecho en esos países, denuncia que la falta de actuación de Gobierno ha convertido las fronteras en un coladero y que su pasividad ante el fenómeno constituye un potente foco de llamada que ya no se da en la Europa mediterránea. El Ejecutivo contraataca acusando al PP de querer utilizar recetas propias de la extrema derecha y de agitar el fantasma del binomio inmigración-inseguridad como un espantajo social para desgastarlo. Ninguna de estas posturas ayuda a sosegar el debate y a buscar vías para encauzarlo. Que conste, hasta ahora el Gobierno y el principal partido de la oposición han sido incapaces del más mínimo gesto de diálogo sobre esta cuestión. Pero la ciudadanía ya ha tomado nota y ha situado la inmigración como el principal problema al que se enfrenta en estos momentos el país. La falta de respuesta coordinada y seria no hace sino agravar las cosas.

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