Montero ha hecho lo fácil y afronta lo difícil

Editorial

26 de febrero 2025 - 03:04

María Jesús Montero hizo en el congreso socialista del pasado fin de semana lo más fácil: afirmar su control absoluto sobre las estructuras del PSOE andaluz y mandar a la militancia un mensaje de reactivación y unidad tras una etapa caótica de fuerte deterioro político y social. A partir de ahora, afronta lo más difícil: reconectar con un electorado que ha dado la espalda a los socialistas, no parece echarlos de menos y ha convertido a Andalucía en un bastión de la derecha. Con un añadido: ese predomino del PP no se basa en políticas maximalistas o en una acción premeditada de embarrar cualquier debate, como ocurre, por ejemplo, en Madrid. Todo lo contrario, los populares se han hecho con el dominio político en la región gracias a la actuación moderada y sin estridencias que personifica Juanma Moreno. En el año largo que queda hasta el previsible final de la legislatura de la mayoría absoluta, Montero deberá cuidar dos frentes altamente problemáticos para ella. En primer lugar, y desde su puesto de vicepresidenta del Gobierno de Pedro Sánchez y ministra de Hacienda, convencer a los andaluces de que la política de financiación autonómica del Ejecutivo central no beneficia a Cataluña en detrimento de los intereses andaluces. Es complicado: los socialistas han cerrado un acuerdo con los separatistas que garantiza un sistema de financiación privilegiada a esa comunidad a cambio del apoyo en el Congreso y de que Salvador Illa fuera presidente de la Generalitat. La condonación de 17.000 millones de deuda autonómica, una medida que ha tenido que ampliar a todas las comunidades, sería el primer pago de ese acuerdo. En segundo lugar, la candidata a presidir la Junta deberá emplearse a fondo para convencer a la ciudadanía de que Moreno aplica políticas de derecha que están desmantelando el escudo social. A la vista de cómo gestionaron los socialistas cuando estaban en el poder y de cómo lo hacen ahora los populares no es un asunto que pueda darse, ni mucho menos, por descontado.

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