Editorial
¿Una Policía andaluza?
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La nueva portavoz socialista en el Parlamento autonómico ha planteado la opción de que la comunidad disponga de un cuerpo de policía integral. María Márquez abre un debate ignorado hasta ahora por su partido. La reflexión y el momento de formularla obedecen, una vez más, a lanzar una cortina de humo que enmascare la última cesión de su Gobierno a los separatistas, con esa proposición no de ley para delegar a la Generalitat de Cataluña las competencias sobre inmigración. Las opciones futuras para desarrollar el Estatuto de Andalucía, aprobado en 2006, no se pueden ligar a las cesiones permanentes del PSOE a los independentistas catalanes para diluir por la vía de los hechos en su territorio la presencia de las instituciones más representativas de España. Mal arranca el nuevo PSOE andaluz de María Jesús Montero, si el grupo parlamentario se dedica a redactar las coartadas del proyecto de parcelación del país, que le exige Junts para mantener a Pedro Sánchez en la Moncloa. Andalucía no necesita una policía autonómica integral. Sirva un mínimo ejemplo. Si uno de los problemas de inseguridad más graves que sufre la región deriva de la fuerte implantación de las redes del narcotráfico, con importantes conexiones en el Magreb, resto de Europa y Sudamérica ¿qué medios materiales, humanos y de inteligencia se precisarían para asumir íntegramente esa lucha? El PSOE andaluz sí que debería reclamar a la Administración central más esfuerzo para mejorar la eficacia contra estas bandas que han logrado penetrar en el tejido social de algunas provincias. Los esfuerzos de la Junta deben centrarse en la salud y la educación, no en emular los delirios soberanistas de algunos dirigentes. La actual unidad de policía autonómica ya funciona con un adecuado marco de actuación. Eso sí, necesita más agentes. Una demanda que Interior se resiste a atender.
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