La tribuna
Nuestra relación con el agua ya no es la de siempre
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Hemos entrado en una época de feroz competencia mundial para acceder a la energía, para acceder a las materias primas y a las nuevas tecnologías. En este contexto, necesitamos un cambio de mentalidad en lo que respecta al acceso al agua. Nuestra relación con el agua ya no es la de siempre. Se trata de un recurso estratégico para nuestra seguridad. Sin embargo, nos enfrentamos a un grave estrés hídrico. Sufrimos cada vez más inundaciones y sequías. La calidad del agua se está deteriorando debido a la contaminación y al cambio climático. De la tierra al mar, nuestro ciclo del agua está roto. Al mismo tiempo, el agua es un factor central para la transición ecológica y para la competitividad de Europa. Las necesidades hídricas van en aumento. Es el recurso principal utilizado para producir hidrógeno verde. La producción de baterías entraña un gran consumo de agua. Los centros de datos necesitan millones de litros de agua para impulsar nuestra economía digital.
Esta es la razón por la que, como primera comisaria responsable de las cuestiones hídricas, voy a dar prioridad al agua en el programa de la Comisión Europea. Más adelante, este mismo año, presentaré una estrategia de la UE en la materia. Como primer paso, hemos analizado la situación de los ríos, las inundaciones y la gestión de las zonas marítimas de los Estados miembros para poder determinar los problemas y buscar juntos soluciones.
Las conclusiones de nuestro informe son claras. Nuestras aguas están contaminadas, tanto las dulces como las saladas. Nuestro suministro hídrico está en peligro. El riesgo de inundaciones graves es elevado. Menos del 40 % de las masas de aguas superficiales de la UE se encuentran en buen estado ecológico, esto es, presentan bajos niveles de distorsión derivada de la actividad humana, y solamente algo más del 25 % están en buen estado químico, esto es, no superan los umbrales pertinentes de sustancias peligrosas. El mercurio y otros contaminantes tóxicos son una causa importante de contaminación. Las PFAS presentes en el agua (llamadas “sustancias químicas eternas”, por ser muy difíciles de eliminar del medio ambiente) también suscitan una gran preocupación pública en numerosos Estados miembros.
Aunque en los últimos años se han registrado algunos avances en Europa, aún queda mucho por hacer. No existe una solución única que valga para todo en materia de gestión hídrica. Cada país se encuentra en una situación diferente. España se ha visto enormemente afectada por inundaciones, como ocurrió recientemente en Valencia, pero también las sequías prolongadas y una falta sistémica de agua afectan a una parte importante de la península ibérica y amenazan el estado ecológico de sus ríos y la salud de sus masas de aguas subterráneas. Al mismo tiempo, la protección de las aguas frente a la contaminación química presenta buenos resultados: el 89 % están en buen estado químico. Las regiones mediterráneas sufren problemas distintos a los de Escandinavia. La contaminación varía en función de la incidencia local de los distintos sectores económicos. Sin embargo, todos los Estados miembros tienen que hacer más para proteger sus sistemas hídricos, garantizar la eficiencia hídrica, abordar la contaminación, lidiar con el cambio climático e impulsar la gestión del riesgo de inundaciones.
Partiendo de las conclusiones nuestros informes, nos disponemos a abrir una convocatoria pública de datos. Estoy convencida de que los ciudadanos, las empresas y las autoridades públicas de Europa pueden aportarnos muchas ideas innovadoras que podamos aprovechar. Todas ellas se incorporarán a la estrategia de la UE sobre el agua que se pondrá en marcha este mismo año. Nuestros objetivos están claros.
Se trata, en primer lugar, de restaurar y proteger el ciclo hidrológico, mediante una gobernanza inclusiva, infraestructuras de vanguardia y soluciones naturales, con el sostén de una financiación pública y privada más cuantiosa.
En segundo lugar, hay que fomentar una economía hídrica de la UE competitiva y circular. Europa alberga muchas empresas innovadoras en tecnología hídrica, y el 40 % de las patentes de gestión hídrica se obtienen en la UE. Debemos ampliar este potencial en Europa y en los mercados mundiales.
En tercer lugar, debemos garantizar agua limpia para todos. Al fin y al cabo, todos necesitamos este recurso para prosperar, tanto los ciudadanos como las empresas, la industria y los agricultores. Necesitamos que todo el mundo contribuya a reducir el estrés hídrico, alcanzar la seguridad hídrica y hacer que nuestra industria del agua sea más competitiva.
En la carrera mundial por los recursos, Europa debe asumir el liderazgo en la transición hacia sociedades inteligentes en el uso del agua.
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