La tribuna
Mayordomo 4.0
No es un secreto para nadie que el Gobierno de Pedro Sánchez, bajo la tutela de un Ministro del Interior completamente incapacitado, ha mostrado una total falta de respeto hacia las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. La Policía Nacional, la Guardia Civil y los demás cuerpos encargados de velar por la seguridad de todos los ciudadanos no solo se enfrentan a la escasez de recursos y a la sobrecarga de trabajo, sino que están siendo objeto de un abandono sistemático y peligroso por parte de un Ejecutivo que prefiere dar la espalda a quienes se juegan la vida cada día y, por el contrario, mirar hacia el lado de quienes actúan contra ellos.
Lo que estamos viviendo hoy en día no es una mera crisis de recursos, sino más bien una estrategia de desgaste. La Policía Nacional y la Guardia Civil se encuentran luchando maniatados, sin medios necesarios para hacer frente a la escalada de episodios de violencia que, desgraciadamente, van en aumento.
La salvaguarda de la seguridad de los ciudadanos, que debería ser una prioridad para cualquier Gobierno que se digne y se precie, es simplemente ignorada por Pedro Sánchez y sus palmeros que, no conformes con este desprecio, siguen cediendo ante los independentistas y sacrificando todos y cada uno de los principios fundamentales que consagra la Constitución española. Y entre tanto despropósito, nuestras fuerzas de seguridad se ven completamente despreciadas, desprotegidas y desmanteladas.
Es inadmisible que los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que tienen que enfrentarse diariamente a peligros reales y situaciones extremas, trabajen con falta de equipamiento o, en su caso, sin el equipo adecuado, con medios precarios, vehículos obsoletos, en carteles ruinosos y con déficit en sus plantillas. El Gobierno ha dejado claro lo que le importa y, desde luego, no es la integridad física de los agentes ni tampoco sus familias.
El Ministro Marlaska, que flaco favor hace a su ministerio, no atiende a las constantes denuncias y demandas de estas instituciones que siguen siendo las mejores valoradas por el conjunto de la sociedad. Falta de personal, condiciones laborales poco decorosas, escasez de recursos y para mayor vergüenza, siguen sin ser considerados profesionales de riesgo, ni son atendidas sus reclamaciones laborales y salariales.
Marlaska, además de permanecer inactivo ante las reivindicaciones y no tomar cartas en el asunto, da un paso más hacia la deriva y modifica, para satisfacción de Bildu, la Ley de Seguridad Ciudadana dejando más al descubierto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
La codicia rompe el saco, de eso sabe mucho este Gobierno. Por eso, Pedro Sánchez en respuesta a su deseo febril de mantenerse en el poder, ha decidido vender hasta la soberanía nacional, porque no hay mayor ley que la que le dicten sus deseos. Amnistías, indultos y cesiones de competencias clave como la gestión de extranjería y el control de fronteras e inmigración a los nacionalistas que socaba, además de la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la decencia social. Este acto de traición es una bofetada a la Constitución, a la unidad de España y a la dignidad de aquellos que luchan por mantener el orden. No podemos permitir que el Ministro Marlaska y el Gobierno de Sánchez sigan poniendo en riesgo la seguridad del territorio nacional y de los españoles por meros intereses partidistas.
En Andalucía tenemos un serio problema con el tema del narcotráfico. Lanchas que campan a sus anchas, a plena luz del día y a la vista de todos, por el rio Guadalquivir, así como por las costas de Cádiz y Almería o, embarcaciones con petacas de combustible custodiadas sin descanso constituyen la disputa cotidiana de los agentes que se encuentran en nuestra tierra. Aunque Marlaska lo niegue, la lucha contra el narcotráfico es continúa y nuestros agentes se encuentran sin los recursos necesarios para combatirla y para defenderse. ¿Dónde está la justicia para esos profesionales que se exponen su vida y su integridad a diario? ¿Dónde está la seguridad que nuestros veladores y sus familias merecen? ¿Dónde está Marlaska?
Lo más indignante es que el ministro del Interior y el Presidente del Gobierno, lejos de asumir la responsabilidad por este desastre, se escudan en discursos ambiguos, vacíos y promesas incumplidas. La seguridad no es un juego, ni una moneda de cambio en la política. Los policías y guardias civiles no pueden seguir pagando las consecuencias de la falta de visión y responsabilidad del Gobierno.
El Ministro Marlaska, en lugar de preocuparse por los intereses de los españoles, ha hecho de su ministerio una herramienta al servicio de aquellos que quieren romper España. No solo ha fallado al ser incapaz de garantizar la seguridad de nuestros agentes, sino que también ha permitido que el Estado de Derecho se resquebraje.
Nos encontramos ante una situación insostenible: un Gobierno que ha hecho de la traición su modus operandi y ha abandonado a las Fuerzas de Seguridad y, con ello, la convivencia pacífica y la democracia.
Lo que está claro es que Pedro Sánchez no tiene ni la voluntad ni la capacidad de garantizar la seguridad en el sentido más amplio de la palabra. Privar de seguridad a los agentes de la Guardia Civil y de la Policía nacional, es privar de seguridad nuestras fronteras y a los españoles. Privarnos de seguridad es una traición altamente reprobable en un Estado democrático y de derecho.
Urge un cambio de rumbo. Exigimos que el Gobierno de Pedro Sánchez deje de maltratar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que les otorgue los recursos y el apoyo que necesitan para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos. La seguridad de España no puede seguir siendo un tema secundario en su agenda.
Es momento de decir basta: basta de dejar en el olvido a quienes protegen nuestra libertad, basta de ignorar sus necesidades, basta de ceder ante los intereses políticos que nos dividen. Los españoles merecen un gobierno que respete, valore y apoye a sus fuerzas de seguridad y que no traicione los principios y cimentos sobre los que se ha construido nuestra democracia.
¡No más traiciones! ¡No más chantajes! ¡No más mentiras! ¡Es hora de recuperar la seguridad y dignidad de nuestro país!
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