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Álvaro Romero
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Mazagón
Las fiestas ilegales se han convertido en una nueva amenaza para Doñana. Concentraciones multitudinarias de jóvenes se han multiplicado a lo largo del mes de agosto en el entorno de Mazagón, en el paraje de La Fontanilla, donde la basura se ha integrado en el paisaje por las celebraciones.
Vecinos de Mazagón han denunciado a este periódico el estado en el que se encuentra el paraje. La situación, aseguran, es insostenible, ya que este mismo fin de semana han llegado a converger fiesta nocturna y disfrute playero en ese punto: el domingo, a las once de la mañana, todavía había jóvenes que seguían de fiesta, mientras pasaban los primeros bañistas y deportistas.
El punto de reunión de las fiestas se encuentra en las explanadas del antiguo camping Fontanilla, utilizadas para el aparcamiento de los vehículos de veraneantes que van a la playa en ese lugar, aún sin estar acondicionado de forma oficial ni regulada por el Ayuntamiento de Moguer, en cuyo término municipal se encuentra el paraje.
Fuentes de la Guardia Civil reconocen que hay en Mazagón un problema desde inicios del verano con las fiestas ilegales. En la zona de El Vigía se dieron las primeras, atajadas por la colocación de obstáculos para impedir el acceso de vehículos. Luego se trasladaron a la zona del Puerto, respondidas con presencia policial. Y en última instancia, indican los vecinos mazagonenses, el destino final ha sido La Fontanilla, lejos del núcleo urbano pero en un paraje natural, en pleno Doñana, en el que la suciedad y el consiguiente deterioro y riesgo de incendios, ponen en peligro una zona muy transitada por deportistas y veraneantes que acceden a la playa.
A primeros de agosto, agentes de la Policía Nacional adscrita a la comunidad autónoma intervinieron en una fiesta que se celebraba en este punto y en el que denunciaron a 33 personas. Hubo, informan desde la Unidad, 21 denuncias por incumplir las medidas sanitarias impuestas en prevención de la covid, pero también otras 11 de ámbito forestal, sobre todo por el tránsito de vehículos a motor en espacio protegido, además de por vertidos ilegales (basura arrojada) y acampada ilegal.
Desde entonces, tanto Guardia Civil como Policía Autonómica no han vuelto a intervenir ni interponer nuevas denuncias en La Fontanilla, si bien los vecinos aseguran que las fiestas, aseguran, de tipo rave (grandes concentraciones al aire libre con música house o techno), han sido constantes a lo largo del mes de agosto.
Fuentes policiales han asegurado a esta redacción, tras conocer el traslado de las denuncias vecinales, que estrecharán la vigilancia del entorno esta semana para evitar que puedan producirse nuevas fiestas en el entorno. Hay preocupación por la acumulación de basura, por el deterioro del entorno, la imagen ofrecida y, sobre todo, el riesgo de que pueda acabar provocando nuevos incendios.
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