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El Archivo Histórico de Fundación Río Tinto recibe 240 números de 'Villa-Aldea' en nombre de Juan Luis Galiardo

El actor trabajó apenas un mes en las minas en 1961 y allí coincidió con el sacerdote que editaba la publicación

Su viuda, la actriz María Elías, ha entregado cuatro tomos encuadernados

El director general de la Fundación Río Tinto y el responsable del Archivo Histórico Rafael Benjumea. / Juan A. Hipólito
Juan A. Hipólito

18 de julio 2022 - 06:12

Nerva/El Archivo Histórico Rafael Benjumea, de Fundación Río Tinto, ha recibido la donación de 4 tomos encuadernados de la revista Villa-Aldea, editada por el sacerdote José Luis Bernabéu en la década de los sesenta del siglo pasado. La donación ha sido realizada por la actriz María Elías, viuda de Juan Luis Galiardo, que falleció en Madrid el 22 de junio de 2012.

Pocos conocen que el afamado actor y productor, nacido en San Roque (Cádiz) en 1940, y protagonista de películas como, Familia, Suspiros de España y Portugal, Adiós con el corazón, El caballero Don Quijote o La chispa de la vida entre otras muchas, tiene en su currículum un hecho que lo vincula con Minas de Riotinto y en concreto con la actividad principal en la historia del municipio, como es la minería.

Se da la circunstancia de que Juan Luis Galiardo trabajó en las minas en el verano de 1961, cuando tenía 21 años. Según consta en las fichas de trabajadores que se conservan en el propio Archivo Rafael Benjumea, estuvo empleado en las minas poco más de un mes, concretamente desde el 1 de junio hasta el 7 de julio, en el departamento de Alfredo Filón Sur como peón de arranque. En esa fecha la revista Villa-Aldea se había convertido en un elemento esencial de información sobre lo que sucedía en la Cuenca Minera. Galiardo conocía previamente a José Luis Bernabéu, con quien coincidió en la época de estudiantes en Dos Hermanas (Sevilla). Ambos mantuvieron la amistad durante muchos años.

El Archivo de Fundación Río Tinto ya contaba en sus fondos con algunos ejemplares de la revista, pero la donación realizada por María Elías es una serie muy completa que abarca desde el número 1, de 30 de agosto de 1959, hasta el número 240, de 21 de julio de 1966, por lo que tiene gran relevancia para el estudio de los aspectos sociales de aquella época, desde la óptica de un párroco comprometido socialmente con el territorio y sus habitantes.

José Luis Bernabéu Amo, estuvo en la sierra de Huelva como párroco desde el 13 de abril de 1959 al 30 de junio de 1960, donde creó Villa-Aldea para “zarandear las conciencias y llegar a la gente”, más allá del reducido ámbito de sus tres parroquias rurales, Cortelazor la Real, Los Marines y Corterrangel-Castañuelos.

Cuando se trasladó como párroco a Minas de Riotinto quiso dar continuidad a la revista para toda la comarca minera. El primer número de Villa-Aldea editado en Riotinto fue el número 51, de 18 de septiembre de 1960. A partir del número 52, de 25 de septiembre, su autor decidió cambiar el nombre de la revista, que pasó a llamarse Villa Aldea Minera.

En cuanto al procedimiento, utilizaba una máquina multicopista, que reproducía muchas copias de un original especialmente preparado en un cliché. La mayoría, preparados personalmente después de mecanografiar los textos. No obstante, se puede comprobar por notas al margen que no todas las crónicas las escribió él, por lo que debió tener algunos colaboradores.

Un ejemplar de la revista 'Villa-Aldea Minera' editada por el sacerdote Bernabéu. / Juan A. Hipólito

Villa Aldea Minera era un boletín interparroquial que hablaba de Dios y de los hombres y de sus relaciones, porque “los hombres tienen a Dios dentro, aunque a veces no se hayan dado cuenta”. Y desde el primer momento, en primera persona, hace una declaración de intenciones. “Una revista que quiere decir siempre la verdad, aunque la diga en broma muchas veces, que quiere decirla sin ofender a nadie, pero que no se asusta si alguien se cree ofendido, porque las opiniones de los hombres no le importan gran cosa”. En ella se promulgaba un trato igualitario entre trabajadores y jefes, con lecciones moralizadoras y bíblicas que condenaban las diferencias sociales.

El padre Bernabéu trabajó codo con codo con los mineros, a quienes ayudó en sus huelgas de 1962 y 1964. Colaboró con las mujeres del taller de costura, ayudó a los enfermos y germinó en los jóvenes de la Cuenca la semilla de la justicia y la libertad, ganándose el respeto y la confianza de todos, aunque no le faltaron ciertos detractores que lo veían como un elemento desestabilizador.

Una de sus grandes obras fue la creación de la cooperativa Monseñor Cantero, dedicada a la confección de géneros de punto y artesanía, ubicada en una gran nave en Nerva. En definitiva, una persona comprometida con la ayuda a los más necesitados y la denuncia a través de su revista de las desigualdades que observaba en la comunidad minera.

Juan Luis Galiardo y María Elías

Desde Fundación Río Tinto agradecen la generosa donación realizada por María Elías, que se incorpora al patrimonio documental del Archivo Rafael Benjumea, donde sin duda jugará un importante papel en beneficio de la investigación histórica de la minera y la metalurgia. Del mismo modo hacen una mención especial a Juan Pascual Prada, vecino de Minas de Riotinto que coincidió con Galiardo durante su estancia en la Cuenca, y que gracias a una carta que envió al actor hace muchos años ha sido posible que la colección de Villa Aldea Minera se conserve hoy en el Archivo Histórico.

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