El CSIC inicia las primeras catas arqueológicas de la Atlántida
El área de actuación está en el ángulo Sur de la confluencia del Guadiamar y la Madre · Sebastián Celestino y Juan José Villarías coordinan la investigación
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha comenzado a realizar las primeras catas arqueológicas en las Marismas de Hinojos. El ambicioso proyecto español persigue poco menos que una 'quimera': hallar las ruinas de la Atlántica, la mítica ciudad descrita por el filosofo griego Platón. Sin embargo, los sueños conforman el camino que sirve de nexo de unión con la realidad más palpable y, más aún, cuando existen fundamentos más que suficientes para sostener que las ruinas de lo que fue la añeja ciudad más prospera del Atlántico se podrían encontrar soterradas bajo las marismas del municipio Condal de Hinojos.
Los trabajos que coordina Sebastián Celestino, del instituto de Arqueología de Mérida, conjuntamente con el investigador Juan José Villarías, siguen su curso de forma lenta e inexorable, si bien a expensas de que den sus frutos o no, se harán públicos los pormenores de la investigación.
El área de actuación comprende la zona del 'Pacil del Mal Tiempo' y 'Cardales', a lo largo del ángulo sur que se forma por la confluencia del río Guadiamar con la denominada Madre; si bien, el secreto se mantiene en lo que respecta al punto exacto en el que se han desarrollado las primeras catas. Estas perforaciones habrán de dilucidar si existe alguna actividad antrópica que pueda certificar la existencia de vestigios de un asentamiento humano sepultados o si, por el contrario, la forma que han adquirido las marismas responde a un mero "fenómeno geomorfológico".
Tal y como ya adelantó Huelva Información estos primeros sondeos han comenzado en la última semana de verano, ya que en estas fechas se produce una conjunción de factores medioambientales que favorecen los trabajos; entre ellos, por ser el momento en que más baja se encuentra la capa freática en la zona marismeña o, lo que es lo mismo, la primera capa de agua subterránea que encontramos al realizar una perforación.
Sin embargo, este periódico ha podido saber que los primeros trabajos del CSIC se circunscriben a labores de reconocimiento, todo ello a expensas de que en próximas fechas desembarque un equipo norteamericano con tecnología de última generación, con la cual se realizarán nuevas prospecciones sobre el terreno en base a las cuales se determinará la zona más idónea para proceder a las labores arqueológicas y de perforación.
El alcalde hinojero, Manuel Naranjo, (IU) confía ciegamente en que finalmente se hallen restos de la ciudad que dejó descrita para la posteridad Platón. El edil sostiene que su hallazgo "sería un hito para la arqueología y la antropología, además de blindar aun más el espacio de Doñana".
Naranjo también ha subrayado las buenas sensaciones de los científicos, dado que tanto "Sebastián Celestino Pérez como Juan José Villarías se encuentran muy ilusionados y alentados con el proyecto. Están convencidos, sin duda, de que la hipótesis de los alemanes son ciertas".
Cabe recordar que la teoría de que las Marismas de Hinojos pudieran albergar en su seno la ciudad platoniana tuvo lugar a raíz de los estudios desarrollados por el equipo de científicos de la Universidad de Wuppertal, (Alemania), liderados por Rainer Kühne.
El científico teutón sustenta su hipótesis en base a unas fotografías realizadas por satélite en las que se apreciaba, en dichas marismas, dos estructuras rectangulares inmersas en varios anillos concéntricos que la rodean. Precisamente, tal y como describió el filósofo griego a la Atlántida.
Este señaló que la 'isla' tenía 925 metros de diámetro rodeada por varias estructuras circulares, anillos concéntricos, algunos de tierra y otros de agua. En este sentido, sostenía que las estructuras podrían ser las ruinas de un "templo de plata" en honor a Poseidón, el dios del Mar, y otro templo de oro mayor, ínfulas del Poseidón y Cleito, descripciones que aparecen en Timeo y el Critias, en los diálogos escritos por Platón.
Precisamente y para justificar el hecho de que la Atlántida no se situara en una isla como describió el filósofo, Kühne hace suyas las conjeturas de su compañero Werner Wickboldt, que situó en España los vestigios de esta mítica ciudad que podría haber quedado sumergida entre los años 800 y 500 antes de Cristo por los efectos de una gran inundación. Wickbolt defendía que los griegos confundieron el vocablo egipcio costa y lo tradujeron como isla, error que fue heredado a través de los tiempos.
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