Calendario maya contra viento y marea
Cerca de 500 personas entre alumnos, profesores y padres del colegio olontense participan en la elaboración del proyecto artístico y educativo de los artistas Rafael Mélida y Mónika Rasko
Acercar la creatividad a los colegios fue el principal objetivo con el que los artistas plásticos onubenses afincados en Gibraleón Rafael Mélida y Mónika Rasko emprendieron a finales de 2011 una bonita aventura cuya consecución se convirtió, a la postre, en una auténtica carrera de obstáculos que finalmente han logrado llevar a buen puerto gracias a la voluntad, el esfuerzo y la imaginación de toda la comunidad educativa del Centro de Educación Infantil y Primaria Aurora Moreno de Gibraleón.
Cerca de 500 personas (los 450 alumnos del centro, además del equipo docente y un grupo de padres entregados) ha participado activamente en el diseño y posterior elaboración del gran calendario maya con el que desde hace escasamente un mes el colegio da la bienvenida a sus visitantes.
Una obra circular de medidas extraordinarias: ocho metros de diámetro que, después de casi dos años de duro trabajo y, sobre todo, de ir superando dificultades, por fin ha podido ser colocada en la fachada principal del Aurora Moreno, convirtiéndose en todo un símbolo del afán de superación humana.
Mélida es autor del gran casco de seguridad instalado en 2010 al final de la avenida de Andalucía, junto a la facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad de Huelva, elaborado a su vez con más de 2.000 cascos de seguridad reales), y explica que la idea de confeccionar este gran calendario maya surgió a raíz de los miedos que el mismo infundió entre numerosos ciudadanos, que creyeron que supondría el fin del mundo.
Miedos que entre los pequeños del centro llegaron incluso hasta el extremo de que algunos se llegaron a plantear para qué seguir estudiando su el fin del mundo estaba a la vuelta de la esquina.
Y para intentar erradicar esos temores, qué mejor forma que enfrentarlos con el mismísimo origen de los mismos: el calendario maya, que según Mélida y Rasko, "muy al contrario de lo que se pensaba concentra muchos valores humanos y del conocimiento, y analizándolo símbolo por símbolo vimos que encerraba un mundo maravilloso". Según prosiguen, "en definitiva no es más que una cuenta del tiempo cíclica, como la nuestra, que cuando se acababa se iniciaba de nuevo". La directora del centro, Adela Barrero, "incluso agradeció la decisión porque estaba realmente preocupada por las creencias de algunos pequeños".
Además, el calendario maya cumplía otro de los requisitos que buscaban ambos artistas. Se trata de un trabajo que por su tamaño y envergadura permitiría dar participación a toda la comunidad educativa del centro: alumnos, padres y profesores. No en vano, se estructura en base 20 símbolos y el colegio cuenta con 18 clases. Cada una se encargó de un símbolo, y los dos restantes serían tarea de los padres en un caso, y del profesorado, en el otro.
El calendario del Aurora Moreno se compone de varios anillos. Uno de ellos está integrado por los símbolos mayas originales, mientras que el exterior es una interpretación de cada uno de ellos realizada por sus autores. También incluye un anillo con los números mayas y en el centro se ha colocado un sol y una luna, símbolos del colegio olontense y también muy relacionados con la cultura maya, al menos en el caso del sol, al cual veneraban como uno de sus principales dioses.
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