El Camping Rocío Playa consigue asegurar su permanencia

El hecho de contar con una concesión administrativa a largo plazo tampoco garantiza ser indemne a los azares de los intereses del metal. El camping Rocío Playa de Matalascañas tuvo la espada de Damocles todo un año pendiendo sobre Protursa, la empresa que desde el año 82 explota las instalaciones de 25 hectáreas y que aún le resta 25 años. Hace un año la polémica saltaba a escena a raíz de la decisión municipal de instar a la Junta de Andalucía a revocar definitiva y unilateralmente la concesión administrativa. El Ayuntamiento alegaba para ello que las instalaciones no reunían las mejores condiciones de salubridad, mientras que la empresa aducía que el objetivo era la construcción de un hotel de doscientas plazas de gran lujo, siguiendo así los preceptos y directrices del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

Finalmente tanto empresa como Corporación firmaron la pipa de la paz, a lo que sin duda contribuyó el que se desvaneciese la viabilidad económica del hotel, dada la actual coyuntura económica.

En el litoral también se asientan el camping Giralda y Taray, en Isla Cristina; el Cruz y el La Antilla, ambos en Lepe. A priori ninguno de ellos se encuentra inmerso en procesos que comprometan su subsistencia por problemas de índole urbanísticos.