Carmen Botello realizó un emotivo pregón a la Patrona, la Virgen Blanca
La exaltadora dedicó 30 minutos a recordar sus vivencias y anécdotas como actual ermitaña de la Señora
La iglesia parroquial de San Sebastián, en la localidad andevaleña de Villablanca, albergó en la noche del sábado el Pregón a la Virgen de la Blanca a cargo de Carmen Botello Gómez, con motivo de las Fiestas en honor a la patrona. El acto comenzó con las interpretaciones de la Coral Santa María de la Rábida de Huelva, que amenizó con sus voces a los asistentes que abarrotaban el templo. Posteriormente la pregonera intervino con su alocución durante media hora, realizando un pregón netamente mariano, haciendo referencia a la Santísima Virgen de la Blanca en cada frase, recuerdo, anécdota y episodio de su vida, ya que Carmen es hija, nieta, biznieta y actual ermitaña de la Blanca. La pregonera hizo un recorrido desde su niñez hasta la actualidad, descubriendo muchos momentos en la vida de una persona que está unida a la virgen. Entre otros, en especial recordó a su abuela Dolores, persona que permanecía hasta la noche en el santuario, a lo que la gente replicaba si no tenia miedo de quedarse allí hasta tan tarde, y ella contestaba que todo lo contrario, que era la virgen quien le acompañaba a ella. Cuando regresaba caminando al pueblo, siempre se paraba en el cementerio a rezar por los difuntos, ella iluminaba el camino con un candil y, los niños, confundiéndola con un lobisome, le tiraban piedras, y les decía "no tiradme piedras que soy Dolores, la ermitaña". Continuó su pregón con la añoranza de otros tiempos, cuando su bisabuela, de la que conserva un retrato, con una alforja y la capilla de la virgen recorría las casas de la localidad pidiendo "una limosna para la virgen de la Blanca". También recordó a aquella mujer de Isla Cristina, familia de marineros, que todos los años venía en promesa al milagroso santuario, motivada por la salvación de un familiar que ahogándose se encomendó a la Virgen y vivió. La ermita de la Blanca es el primer punto de tierra que se aprecia desde el mar y, antiguamente estaba todo el techo del interior del templo lleno de barquitos de las promesas cumplidas por los marineros salvados. por último, dedicó palabras a la Camarista de la virgen y a otras muchas personas, que pasan desapercibidas, pero tienen una relación directa con la Blanca.
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