Francisco Javier García-Baquero Merino: Madrileño, pero onubense de adopción

Gente de Aquí y Allá

Alterna su profesión en los seguros con su pasión por el mundo del caballo y de los toros, participando y haciendo en programas de radio y televisión

Pilar Gallango Faraco: Señorita Pili

Francisco Javier García-Baquero Merino. / M. G.
Fernando Barranco Molina

25 de septiembre 2023 - 06:00

Javier nació en Madrid, en 1966, en el hospital militar Gómez Ulla, ya que su padre estaba en el ejército. Y por cierto, fue compañero de promoción en la academia del Rey Juan Carlos I de Borbón. Después de pasar por varios destinos, entre ellos El Aaiún, en El Sahara, recayó en el Regimiento de Infantería Granada 34 de Huelva. Y aunque su padre aún pasó por varios destinos más, el volvió a nuestra tierra porque había dejado aquí a su novia, una encantadora moguereña llamada Virtudes Márquez Capelo. Y digo lo de encantadora porque todas las mujeres que conozco de Moguer lo son. Mi madre también nació allí.

La vida de los militares suele ser muy cambiante según los destinos. Por eso, su padre, que nació en Logroño, pasó por tantos lugares, incluso después de Huelva, donde estuvo de Capitán y aún es muy recordado a pesar de los años transcurridos. Después fue a Badajoz y terminó su vida en el ejército como Gobernador Militar accidental en Bilbao. Su madre había nacido en la bonita y monumental ciudad de Cáceres, la de los Palacios de los Golfines.

El matrimonio tuvo 5 hijos, pero solo la hermana menor, María Jesús, nació en Huelva. Los demás, en Madrid, Las Palmas de Gran Canaria y Sevilla. Lo dicho, la culpa fue de los destinos, aunque, casualidades de la vida, mi padre también fue militar y tuvo 9 hijos nacidos todos en Huelva y choqueros por los cuatro costados. No obstante, Javier presume de ser onubense de adopción, porque dice que Huelva lo acogió de maravilla y él es un gran enamorado de esta ciudad y de toda su provincia. Por eso, asegura que no tiene palabras y hechos suficientes para engrandecer a Huelva. Onubenses así son los que quiero yo para mi tierra. Javier, es muy rociero, muy devoto de la Virgen del Rocío y tiene pasión por sus hijos, por su esposa y por su madre.

Estudió su enseñanza primaria en el Colegio 3 de Agosto, en la Barriada de Fuentepiña, que era el más cercano al cuartel, ya que ellos vivían allí. Luego pasó a estudiar el bachiller en el Colegio Diocesano, conocido como El Seminario. Y después se fue a la preciosa ciudad malagueña de Ronda para prepararse en la Escuela del Patronato Militar para entrar en la Academia de Zaragoza. Pero al final se fue a estudiar Veterinaria, ya que su amor por los animales, especialmente por los caballos, era algo que superaba a sus otras aficiones. Sin embargo, le llegó el momento de hacer el servicio militar y abandonó los estudios y, al terminar, se volvió a Huelva donde, nada más llegar, encontró trabajo en la finca “Las Madres”, en la parte dedicada a las flores. Allí estuvo hasta que vio un anuncio en la prensa donde exigían una serie de requisitos, de los que no cumplía ninguno, pero, como era muy “echao pa’lante”, se presentó y, cuál no sería su poder de convicción, que lo eligieron a él. Al poco tiempo se casó con su novia, con tan solo 22 años y desde entonces ha hecho de todo, trabajando en múltiples ocupaciones.

Después se dedicó a hacer seguros con una importante compañía hasta que se independizó y se hizo agente libre. Además, pronto fue el presidente del Colegio de Mediadores de Seguros de Huelva y vocal del Consejo General en Madrid. Esta profesión actualmente la alterna con su pasión por el mundo del caballo y de los toros, haciendo y participando en programas de radio y televisión, así como artículos de prensa.

De su infancia y juventud recuerda con mucho agrado sus veranos en Punta Umbría y aquellos “gigantes y cabezudos” que nunca había visto en ningún lugar y que de pequeño le daban mucho miedo. Tiene muchos amigos en nuestro pueblo con los que se suele reunir para ir a los toros: Miguel Franco Maestre y su hija Ana, José Pérez Rivera, José Luis Pereda padre e hijo, Jorge Buendía y otros muchos. Y naturalmente también fue amigo de Miguel Báez Litri, con quien se reunía en aquellas célebres comidas que organizaba el torero, que tan buen cocinero era.

Javier tiene 3 hijos: Javier, Alejandra y Manuel. El mayor se dedica al mundo del caballo en una finca, donde tienen a los animales en libertad. Gracias a ello, su padre tiene la distracción asegurada, porque a menudo va a echarle una mano ya que su afición a los caballos es muy grande. Todos sus hijos son amantes indiscutibles de su Huelva, igual que su progenitor.

A mi querido amigo Francisco Javier García-Baquero Merino lo veo mucho, no solo en Canal Sur o en las televisiones locales, pues tenemos la suerte de pertenecer a la misma peña triguereña de “Amigos del Mache”, donde muy a menudo nos reunimos para comer en un almuerzo muy distendido donde no falta una charla muy documentada y amena por parte de un ponente que ilustra al resto de los comensales sobre algún tema de interés general. Debo decir que este grupo lo formamos muy buenos amigos y que todos estamos deseando que llegué el día de reunirnos. Javier es una persona muy importante en este grupo por su exquisita educación, por ser muy buena persona, buen y ameno amigo y tener una amplia cultura, por lo que a todos nos gusta oírlo.

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