Futuro incierto en la mancomunidad
Gran parte de lo doce ayuntamientos que forman Ribera del Huelva consideran elevado el coste mensual que asume cada municipio La mayoría son socialistas, presididos por Manuel Guerra
El descontento generalizado en la Mancomunidad Ribera del Huelva, compuesta por doce municipios de la parte central de la Sierra, se agudiza. Los ayuntamientos entienden que los fines para los que se creó han desaparecido (principalmente el de la gestión de la basura y del agua), que el coste económico que paga mensualmente cada municipio es elevado (destinado en parte a pagar el sueldo del presidente y vicepresidente, que cobran entre ambos 51.030 euros anuales brutos); a ese descontento se suma el rechazo de algunos, nunca públicamente, hacia el presidente, Manuel Guerra, (más aún tras la marcha política del anterior presidente Ezequiel Ruiz).
Uno de los handicap que siempre ha tenido la Mancomunidad es que el serrano nunca supo qué era ni para que servía realmente, en algunos casos pese a beneficiarse de ella. Además no sabían diferenciarla bien de los Ayuntamientos, en parte porque los protagonistas políticos son algunos de sus pueblos, ni del CADE Sierra, que llegó a utilizar al principio sus dependencias para llevar a cabo muchas de sus acciones.
De las intenciones originales de su creación, importante sobre todo para los pueblos pequeños gracias al servicio de basura (ahora en manos de Giahsa mediante MAS), se ha pasado a que muchos alcaldes se cuestionen su existencia como tal, se pida su disolución como lo hizo esta pasada semana el Ayuntamiento de Higuera, o se plantee la huida por cuenta de algunos. Fundamentalmente, porque se considera que el pago mensual es demasiado elevado y nada rentable con los servicios recibidos.
En la actualidad se ofertan algunos cursos de formación y empleo de los que se benefician alumnos de los doce pueblos así como otros servicios (obtención y renovación del DNI, préstamo de equipamiento ferial para la celebración de eventos en los diferentes municipios, etc.). A pesar de ello, no son pocos los alcaldes que proponen que sigan los cursos de formación, pero entienden que para ello no hace falta la existencia de la Mancomunidad.
Según Guerra, la Mancomunidad ha pretendido siempre que los pueblos pequeños tuvieran el desarrollo y la promoción que por su cuenta difícilmente alcanzarían. Pero al final, los pueblos no lo han visto igual.
La Mancomunidad Ribera del Huelva (creada en 1988 y cuyos estatutos son de 2006) está compuesta por doce municipios, la mayoría del PSOE, cuyo presidente y alcalde de Aracena es Manuel Guerra (junto a su coordinador técnico, como aparece literal en las actas de la Mancomunidad, es Manuel Durán quien también es asesor en el consistorio cebollero). Además por el PSOE están Los Marines, Cortelazor, Puerto Moral, Valdelarco, Fuenteheridos, Galaroza o Alájar. Por IU Corteconcepción y Zufre y por los independientes Higuera de la Sierra y Linares de la Sierra.
El malestar hacia el ente no es solo de la oposición, ya que algunos consistorios socialistas también lo han puesto de manifiesto, tanto en los plenos como, a veces públicamente. De hecho, varios alcaldes, tanto de un lado como de otro, y como medida de rechazo, prefieren no acudir algunos plenos, cuya última sesión fue el pasado 8 de mayo. En el comunicado lanzado el sábado por la presidencia de la Mancomunidad, por ejemplo, se indica que el alcalde de Higuera de la Sierra, Manuel Fal, ha faltado a diez de los últimos trece plenos. A día de hoy hay varios alcaldes, tanto del PSOE como de otras fuerzas de la oposición, con claro pensamiento de marcharse de la mancomunidad.
El agua también se considera un bien básico como la basura y de hecho su gestión está recogida en los estatutos como uno de sus fines primordiales, pero la realidad es otra. En los comienzos de la entidad, la basura formaba parte de la Mancomunidad y el agua se gestionaba a través de Aguas de la Sierra. Después, (principios de 2010) todo pasó a la Mancomunidad de Servicios (MAS) a excepción de Corteconcepción que se mantuvo firme al no entrar y tiene una empresa pública denominada Línea Verde, tanto para el agua como la basura. Sin embargo, hay otras mancomunidades de la comarca donde pasa justo lo contrario, como en Sierra Occidental, donde la basura la sigue llevando la mancomunidad y el agua, a excepción de Cortegana tras su reciente salida, corre por cuenta de Giahsa.
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