Galaroza, un pueblo unido a la tradición belenística
El Belén Viviente, el de playmobil o el de Navahermosa configuran un ambiente único
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Galaroza/Las programaciones navideñas se han convertido en un clásico por estas fechas en todas las localidades. El afán por animar nuestros barrios y pueblos ha modificado los hábitos de los ciudadanos, que se desplazan para contemplar actividades cada vez más originales y elaboradas. Incluso, en ocasiones, se produce una verdadera competición entre instituciones para organizar actos que van mejorando año a año en cantidad y en calidad.
En este panorama, hay localidades que mantienen una tradición anclada en el recuerdo y el buen hacer de sus vecinos, como la de Galaroza, que ofrece especialmente belenes que atraen a miles de personas en el mes de diciembre. Los belenes cachoneros son, sin duda, un atractivo destacado de este pueblo en Navidad. Y se habla de belenes, en plural, por la variedad de estilos y situaciones que se ofrecen. El Ayuntamiento organiza una amplia programación e impulsa esta creatividad y el trabajo de vecinos y asociaciones para conformar un ambiente único.
El Belén Viviente y su arraigo
La tradición del Belén Viviente en Galaroza se inició allá por 1981, al menos en su etapa más contemporánea. En aquellos tiempos, un puñado de cachoneros se reunieron para montar lo que llegó a ser un auténtico espectáculo. Gente como Francisco Pena, Tobías Beneyto, Luis Romero Fernández, Modesta Carvajal González, Antonio Moreno, Jesús Valle Díaz, Salud Tristancho, Pilar Marcos, Antonio ‘El estropajo’, Encarna Bravo o los miembros de las familias Martín y Sosa Muñiz, junto a otros muchos colaboradores, decidieron instalar un Belén Viviente en los bajos de la casa que fue de la familia de Avelino Fernández.
Esta magnífica vivienda propiciaba un gran espacio donde crear un escenario perfecto. Las estampas eran las habituales de este tipo de escenas y había muchos niños que se prestaban para vestirlas. Antes, había que acondicionar los bajos, dos meses de duro trabajo fabricando cuevas, el puente, el lago o la panadería, instalando tendidos eléctricos o aparatos de sonidos para reproducir la música de fondo, así como muchos detalles para ofrecer un espectáculo que atraía a mucha gente. Al principio, la entrada se cobraba a 5 duros, veinticinco pesetas de entonces y 0,15 céntimos de euros de los de ahora, y la gente repetía continuamente. A pesar del escaso precio se solía hacer muy buena caja, que era destinada para los gastos de la cabalgata de reyes.
Se mantuvo esta ubicación más o menos hasta mediados de los años 80, pasando luego a instalarse en los salones de Las Salinas, con más vecinos activos colaborando, como Juan Manuel Pablos, Manoli Tristancho, Fernando Sánchez, Virtudes Fernández, Encarna Fernández o Toribio Sosa. Después de viajar hasta otros lugares, como los bajos del estanco que regentan José y Loli, la tradición se perdió por diversos motivos. Pero fueron otra vez los cachoneros de a pie los que recuperaron la ilusión y la imagen del Belén Viviente para Galaroza. Esta nueva etapa comenzó en 2002 y ha estado impulsada por Mª Ángeles Carranza, acompañada por muchos vecinos como Martín Martín, Sofía Lobo, Emi, Angelita, María, Mari Carmen, …. Junto a ellos, cachoneros recordados que desgraciadamente ya no están entre nosotros, como Inés María o Francisco Javier Carmona, dieron vida a esta costumbre tan nuestra.
En estas décadas, muchas han sido las dificultades añadidas, superadas por el esfuerzo de vecinos anónimos que han aportado originalidad y atractivo, convirtiéndolo en pionero de los que posteriormente han proliferado en diversos pueblos serranos.
Su ubicación en las laderas del Cerro de Santa Brígida le confiere un contacto con la naturaleza que acentúa su integración en el medio. La cercanía de los olivos, las higueras y los pinos le dan a las representaciones una ambientación muy propia de La Sierra. La fidelidad de las escenas a la época antigua queda muy bien conseguida, gracias a las ropas y al trabajo de carpintería y decoración que es muy cuidado por los organizadores. Esto supone algunas veces tener que reconstruir algunos edificios de cartón piedra debido a las inclemencias del tiempo, lo cual dificulta aún más la puesta en escena.
En todo el recinto se vive una actividad frenética. Aquello es un belén viviente dinámico, en el que sus actores no quedan quietos como estatuas, sino que interactúan con el visitante. Se convierten en transmisores de una cultura rural que todavía se mantiene en este pueblo, al mostrar cómo se labra la tierra, cómo se trabaja en una de sus carpinterías, o cómo se cocinan manjares deliciosos. Porque la gastronomía es otro de los matices que atesora el belén cachonero. Si subir la cuesta de Santa Brígida nos abre el apetito, iremos al lugar adecuado, porque allí nos esperan castañas asadas, costillas y otras delicias del cerdo ibérico, migas y buñuelos recién hechos o un jugoso mosto en la taberna.
En cuanto al portal, puede decirse que le cobija uno de los techos más originales que se puede encontrar, puesto que no todos los belenes del mundo pueden instalarse dentro de una ermita de repoblación del siglo XIV. El interior de la Ermita de Santa Brígida se transforma por completo y acoge a los tres Reyes Magos, San José, la Virgen y un bebé cachonerito que aguanta como si estuviese educado para no pestañear.
Las laderas del cerro de Santa Brígida han sido acondicionadas para un recorrido amplio al que no falta de nada. Escenas como panadería, puesto de frutas, carpintería o telar son acompañadas por numerosas personas que lavan o acarrean productos, por una noria que mueve el agua, por hogueras donde se calientan los figurantes o por las borregas que esperan en el cercado.
Organizado por la Asociación Belén Viviente, abrió este año sus puertas el día 8 y estos fines de semana recientes, y estará también visitable, si el tiempo lo permite, los días 23 y 30 de diciembre, en horario de 18.30 a 20.30 horas.
El Belén de Playmobil de José Romero
Por todo ello, unido a los belenes caseros que participan en un concurso municipal, se puede afirmar que la afición a esta tradición navideña está arraigada entre los vecinos. Uno de ellos es José Romero Paleán, que no lleva mucho tiempo en Galaroza pero que ya está demostrando su implicación social, y que ha impulsado también el belenismo. Lo ha hecho con un original Belén de Playmobil, que ha instalado en la Plaza de La Morera.
Son cientos de piezas las que conforman esta singular representación, que incluye escenas habituales, como castillo, pueblo, portal, mercado, Reyes Magos, comercios o pastores, pero también de otra índole, como la que representa las pirámides de Egipto. La mayoría de las piezas son propias de la época y la ambientación bíblica, lo cual refuerza el mérito de sus creadores. A Romero le ha ayudado su pareja, Antonio Josué Díaz Calatayud, el Consistorio y algunos vecinos del pueblo, quienes han decorado el recinto y la instalación con materiales del entorno como tierra, corcho, musgo o ‘terciopelo’, como se le llama en Galaroza a este componente básico de los belenes, además de grandes láminas de papel arrugado y pintado que compone el frontal del belén.
Se ha ubicado en una vieja cuadra que se conserva en la zona, lo cual ofrece si cabe un ambiente más rural aún a la visita. Nada que ver con el que crearon el año pasado en la aldea de Las Chinas, y que atrajo a cientos de visitantes a la iglesia de la Divina Pastora. La fama de esta iniciativa ha traspasado La Sierra, y ya ha sido visitado por las cámaras de emisoras como Canal Sur Televisión, que recogió los momentos del montaje.
Romero, quien también está implicado en obras sociales hacia los más desfavorecidos, reconoce ser un apasionado de estos muñecos míticos para millones de niños y niñas en todo el mundo, en cuya compra ha invertido miles. En futuras ediciones, promete ampliar el belén y continuar animando la navidad cachonera.
La artesanía y el tesón del belén en Navahermosa
Desde el año pasado, la aldea de Navahermosa organiza un ambicioso programa navideño gracias a la Asociación Navahermosa Viva Participa. La inauguración de las actividades tuvo lugar el pasado día 2 de diciembre, con la celebración de una merienda con dulces típicos y la participación musical de la familia González Sánchez, de Los Marines.
Un día más tarde abrió sus puertas el Belén artesanal elaborado siguiendo la tradición del belenismo e impulsado por el secretario de la Asociación, Manuel Antonio Cano. Ya en 2022 concitó la atención y aplauso unánime de todos cuantos pudieron admirarlo, ya que se centra en la recreación de elementos arquitectónicos e identitarios de la aldea. De hecho, una de las piezas estrella del belén fue la reproducción a escala de la iglesia local de Nuestra Señora del Rosario. Esta obra continúa en el belén de este año, pero ha sido enriquecida con otras construcciones de edificios y rincones locales, concretamente el camino hacia la calle Virgen del Rosario, con sus edificaciones pares hasta el comienzo de la plaza del tamborilero Marcelino Moya. Se abrirá también los días 23, 24, 30, 31 de diciembre, de 11.00 a 17.00 horas, y el 7 de enero, de 11.00 a 13.00 horas.
Se ha hecho con una apuesta de dinamización muy original, ya que se ha organizado un taller de belenismo en el que han participado muchos vecinos para fabricar elementos como los miles de tejas que han necesitado las escenas. El objetivo es que vaya quedando configurado un belén de grandes dimensiones en el que se recrearán actividades y escenas bíblicas propias de la Navidad.
Otros aderezos del programa han sido la convocatoria de un concurso de postales navideñas, un diorama realizado en el Taller de Belenismo y en el que se representa la anunciación a los pastores recreada en el interior del "antiguo Casino" de Navahermosa, adornos y complementos decorativos tales como un cascanueces y un tren a vapor con sus vagones repletos de regalos, entre otros.
La entrada es gratuita, si bien, se anima a los visitantes a que dejen su aportación voluntaria para sufragar los gastos de realización del Belén y poder seguir ampliándolo y mejorándolo para el próximo año. Entre las ideas originales para recaudar estos recursos, han puesto en marcha una campaña de apadrinamiento de las figuras del belén, que está siendo muy bien aceptada.
A este cuadro belenístico del término municipal de Galaroza, debe sumarse la decoración navideña que recorre los principales rincones del pueblo, así como un amplio programa de actividades con música, zambomba, gastronomía, concursos y talleres en el que participan asociaciones como la de Jóvenes de Galaroza, Mágica Navidad o Helvetia Galaroza Fútbol Sala, ayudando a que Galaroza sea una de las localidades serranas donde es posible vivir la Navidad
con mejor ambiente. La culminación de este esfuerzo impulsado y coordinado por el Ayuntamiento es la colocación de una gran estrella navideña en lo alto del cerro, junto a la ermita, que se convierte durante estos días en faro que guía a los viajeros y en emblema de Galaroza en toda la comarca.
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