Gente de Aquí y Allá: Abdelkarim El Arfaoui El Mensaoui, marroquí de nacimiento y puntaumbrieño de adopción
Gente de Aquí y Allá
Nacido en la cordillera montañosa del Atlas, este vecino ha recorrido numerosas ciudades de España montando comercios hasta que finalmente se instaló en Punta Umbría
Gente de aquí y allá: César Morales Cuesta, arquitecto muy detallista y gran persona
Hace mucho tiempo que lo conozco, porque tiene un comercio cerca de mi casa, aquí en Punta Umbría. Se trata de un bazar de esos que tienen de todo y, de vez en cuando, necesito comprar algo que no encuentro en otros comercios tradicionales y cuyos propietarios me envían a él con la seguridad de que allí lo voy a encontrar, como así ocurre.
Pero el otro día, al entrar, me dijo: “Buenos días profesor”. Y yo le pregunté que cómo sabía que yo era profesor. Y me contestó con mucha seguridad: “Porque hace mucho tiempo que nos conocemos y además yo he leído algunos de sus libros”. La verdad es que no me lo esperaba. Yo sé que, por el puesto que he desempeñado durante 45 años, mucha gente sabe quién soy, pero yo no sabía que él me conocía.
Yo tenía constancia de que él era de Marruecos, pero le pregunté de qué parte, y me dijo que era del Atlas, la cordillera montañosa que divide la costa del mar Mediterráneo y del Océano Atlántico, cuyo punto más alto tiene 4.167 metros y que yo recorrí, hace algún tiempo, en un vehículo todo terreno. A pesar de ser un paisaje árido y con poca vegetación, me gustó mucho. Y además, hice algún amigo bereber en aquellas poblaciones tan bonitas, todas de barro y donde se produce el aceite de argán. Pues en este lugar de África nació Abdelkarim en 1979. Ya desde pequeño lo mandaban al colegio y no le gustaba, así que su padre se lo llevaba con él a trabajar al campo y todas las noches, al volver a casa, le preguntaba si mañana iba a ir al colegio, porque se debería haber cansado. Eso pensaba su padre, pero a el niño cada día le gustaba más trabajar en el campo, sobre todo cuando aprendió a conducir el tractor y luego la cosechadora.
Cuando solo contaba con 15 años, vino a España con todos sus papeles y visados en regla, a la población de El Cuervo, que se acababa de segregar de Lebrija, constituyéndose en municipio independiente y donde él tenía tíos y primos. Después se trasladó a la provincia de Huelva a trabajar en Aracena, donde otro tío suyo también era propietario de una tienda. Más tarde también estuvo en Valverde del Camino.
Aún recorrió media España montando comercios, ya por su propia cuenta, en Triana, en Lebrija, en San Fernando, en la provincia de Ciudad Real, en el famoso pueblo manchego de Tomelloso. Pero en todos estos lugares no le fue todo lo bien que él esperaba. Lo único bueno que le pasó en Tomelloso fue que conoció a su mujer, Naima, y allí se casó y nació su primer hijo. Entonces fue cuando decidieron venir a Punta Umbría, porque su suegro ya tenía una tienda aquí y habían venido varias veces de visita. Se animaron a iniciar una nueva vida quedándose a vivir en este paraíso hace ya 17 años, para lo cual le alquilaron un local al hermano de mi gran amiga Lola Carmona, un hombre bueno como pocos y del que Abdelkarim se desvive hablando muy bien de él. Posteriormente se compraron una casa en la plaza que lleva el nombre del famoso médico pediatra valverdeño don Patricio Vizcaíno, que tantos años vivió en Punta Umbría.
Naima nació también en Marruecos, pero con solo un año se vino con su familia a España, más concretamente a Sevilla, por lo que puede considerarse de allí. Aunque ya, después de tanto tiempo, tanto ella como todos los suyos son ya puntaumbrieños.
El matrimonio tiene tres hijos varones que, por supuesto, se sienten muy felices aquí y tienen muchos y buenos amigos. El mayor se está preparando para ser Policía Nacional, que es un deseo que tiene desde bien pequeñito; y sus hermanos están en el Instituto Bitácora, el segundo de los hijos, con el cual están sus padres muy contentos por lo bien que funciona el centro que dirige María Eugenia; y el pequeño, en el colegio San Sebastián.
En verano abren otra tienda en El Portil, que tampoco les va mal. Y me dice que ya no se van a ir nunca de Punta Umbría porque están muy bien en esta tierra. Tienen grandes amigos y están muy involucrados con la sociedad. Incluso su hijo mayor jugó al fútbol en el equipo de aquí y el pequeño está en los escalafones infantiles del club. El padre se identifica como forofo del Barcelona. Y es que en Marruecos hay una gran afición por ser simpatizante del Real Madrid y del Barcelona. Yo le contaba que todas las veces que he ido a su país, al enterarse sus paisanos de que yo era español, siempre me preguntaban si era de uno o de otro equipo. Y yo siempre respondía que de ninguno de los dos, que yo era y soy del Recreativo de Huelva, el club más antiguo de España.
En definitiva, que la gente de Punta Umbría es tan acogedora, tan servicial y tan solidaria, que esta familia de origen marroquí es ya para siempre puntaumbrieña.
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