Hinojos se convierte en un bosque de eucaliptos y flores para vivir el Corpus: una fiesta con más de 420 años de historia

Las calles de Hinojos se han vuelto a convertir este domingo en un bosque de palmas, eucaliptos, flores y una enorme variedad de plantas aromáticas, con el romero como protagonista, con motivo de su Fiesta del Corpus, una cita que se ha mantenido durante más de 420 años y que supone todo un despertar de los sentidos para vecinos y foráneos.

Se trata de una fiesta reconocida como Bien de Interés Cultural (BIC), como Actividad de Interés Ecológico, que permite trascender lo religioso y entronca con modos de vida que se han desarrollado tradicionalmente en una localidad que demuestra así las raíces que le vinculan a su entorno, el Espacio Natural de Doñana.

Para la ocasión, el Ayuntamiento ha cubierto las principales calles del municipio con miles de eucaliptos en las paredes y ha alfombrado de romero el suelo; las familias que viven en estas céntricas vías se encargan de engalanar sus fachadas: los balcones con colgaduras y mantones bordados, la entrada de sus casas con arcos de flores silvestres como el lirio, el ajo porro, el cardo o el tomillo, todas ellas especies que se encuentran en Doñana.

Esta tradición, que ha sido transmitida a lo largo de generaciones por las familias hinojeras, se conoce como "vestir para el Corpus" y conforma un signo de identidad que une a todos los vecinos. El despliegue medioambiental se convierte en todo un motor artístico que contribuye al despertar de los sentidos de todo el que participa en la fiesta, ya que puede ser vista, olida y tocada, generando sensaciones que aumentan con los sonidos propios de la celebración y la degustación de dulces típicos.

La procesión ha comenzado desde la parroquia de Santiago, tras la celebración de la misa a las 9:30, y ha estado acompañada por la Banda Municipal de Bollullos Par del Condado, las hermandades de gloria y penitencia del pueblo, así como los niños que han recibido este año la Primera Comunión y arropada por multitud de personas que han querido disfrutar de una de las experiencias más singulares del patrimonio cultural y etnológico provincial.

En Hinojos, la Fiesta del Corpus aparece documentada a finales del siglo XVI, aunque por sus vínculos con la Cofradía del Santísimo Sacramento pudiera remontarse a la segunda mitad del siglo XVI, momento en el que se prueba, según documentos conservados en el Archivo Municipal desde 1576, la citada cofradía en la villa hinojera.

El presidente de la Diputación celebra "una de las grandes tradiciones de nuestra tierra"

El presidente de la Diputación de Huelva, David Toscano, ha compartido con los vecinos de Hinojos la celebración del Corpus Christi, referente en la provincia y en el conjunto de Andalucía, una festividad que mezcla tradición, fe y arte en la que las calles del pueblo se transforman en un tapiz de colores con alfombras de eucalipto y romero.

“Hinojos es lugar especial, en el corazón de Doñana, y en un día como hoy, Doñana se mete hasta sus calles durante el Corpus, una de las grandes tradiciones de nuestra tierra, de la que no sentimos tan orgullosos”, ha manifestado Toscano durante un recorrido por el municipio, acompañado por la alcaldesa, Joaquina del Valle, y miembros de la Corporación municipal, antes de la misa previa a la procesión del Santísimo desde la Iglesia de Santiago el Mayor.

El presidente provincial ha agradecido a Hinojos “llevar siglos celebrando de esta manera el Corpus Christi y cultivar esta tradición, que pasa de generación a generación”, al tiempo que ha felicitado a la alcaldesa y a todo el pueblo “por la ornamentación, por el mimo y el cuidado, y por el trabajo que tiene la preparación de esta festividad no solo visualmente, sino también por los aromas que desprenden todas estas calles de Hinojos”.

Por su parte, la regidora ha subrayado que esta jornada “es un día grande para nosotros, en el que los vecinos se están volcando, que es mucha tarea, para que Hinojos se muestre como se está viendo”. En este punto, ha señalado que durante siglos fueron los particulares los que traían las ramas de eucaliptos a sus casas para tapar sus fachadas pero que desde la década de los años 50 del pasado siglo, siendo alcalde Leonardo Mateo, el Ayuntamiento se encarga de traer el eucalipto y el romero para la decoración de las calles, mientras que los vecinos preparan y decoran los arcos de entrada de sus casas.