Huelva planta batalla a los mosquitos
Huelva planta batalla como cada verano a los mosquitos por tierra, mar y aire. Gran parte del litoral onubense y muy especialmente el área de la capital es muy sensible a los insectos por las condiciones de humedad y marismas que la rodean. Este año además la primavera fue proclive a la eclosión de los mismos por la lluvia y el fuerte calor de mayo, el cóctel perfecto. Es ahora cuando se notan, pero el trabajo preventivo es constante durante todo el año a cargo del Servicio de Control de Plagas de la Diputación Provincial (SCP).
El departamento desarrolla un amplio abanico de estrategias de control dirigidas a limitar el desarrollo de las plagas en principio y limitar su efecto una vez llega la temporada. El trabajo se centra en todos los municipios costeros, junto con aquellos otros del interior que se localizan en las riberas de los principales estuarios. Humedad y calor. El ambiente idílico del mosquito.
Los esfuerzos se centran en un total de doce localidades: Aljaraque, Almonte, Ayamonte, Cartaya, Gibraleón, Huelva, Isla Cristina, Lepe, Moguer, Palos de la Frontera, Punta Umbría y San Juan del Puerto. En todas ellas se trabaja de forma coordinada e integrada por el organismo provincial en la ejecución de los proyectos anuales de control de mosquitos, contando para ello con un presupuesto que asciende a más de 3,2 millones de euros. La superficie de acción supera las 225.000 hectáreas (un 6,4% de las mismas, espacios naturales protegidos). El despliegue humano alcanza las 60 personas, entre operarios aplicadores, personal administrativo, técnicos y facultativos con una dilatada experiencia profesional.
Huelva acumula una amplia experiencia en la lucha contra los mosquitos de primavera y verano. La primera fase se realiza durante los meses de invierno y buena parte del otoño, en los que se llevan a cabo trabajos destinados a la gestión del territorio en las zonas encharcables, naturales o artificiales, que consisten básicamente en la limpieza y retirada de sedimentos en las redes de drenaje natural en las marismas mareales, y el desbroce de la vegetación de allá en donde representa un freno al discurrir de las aguas de marea o las de precipitación. En el estío las tareas de restauración de la red hidrológica se acometen con medios mecánicos, manteniendo un esfuerzo que se ha visto incrementado durante los últimos años, y que en esta campaña va a superar 8.000 metros de cauces regenerados, que va a reducir las superficies aptas para la cría de mosquitos, disminuyendo la dependencia del uso de biocidas, al tiempo que se recupera la biodiversidad faunística en las marismas mareales, y con ello incrementando los recursos endógenos que contribuyen en el control biológico de las especies plaga, favoreciendo además la fijación de carbono y la resiliencia de los medios estuarinos frente a situaciones adversas o perturbadoras como lluvias torrenciales o pleamares de mareas vivas que llegan a alcanzar alturas
excepcionales, según explican los técnicos del Servicio de Control de Plagas.
En la segunda fase, con la llegada de la primavera y hasta completar el mes de octubre, el lógico incremento de las temperaturas ambientales provoca el inicio de
los tratamientos de control mediante el uso de biocidas. Durante 2022 está previsto tratar aproximadamente 5.000 hectáreas en aplicaciones destinadas al control de las larvas de mosquitos, ya sea con medios terrestres o aéreos (avionetas y drones) en las zonas encharcables de cría, y unas 3.000 hectáreas en tratamientos dirigidos a los mosquitos adultos, mediante aplicaciones barrera en zonas verdes y jardines, y nebulizaciones en zonas periurbanas limítrofes con las marismas saladas del litoral, completando un conjunto de estampas o imágenes a las que están familiarizados los ciudadanos del litoral, y de las que se benefician visitantes y turistas que representan un incremento del 82% sobre la población fija residente hasta alcanzar 645.000 habitantes.
Posteriormente, el Servicio de Control de Plagas de la Diputación de Huelva se mantiene en alerta con actividades de vigilancia que se centran fundamentalmente en el "seguimiento de las poblaciones de mosquitos adultos, gracias al mantenimiento de una red de estaciones de trampeo que permite identificar la distribución espacial de las principales especies de mosquitos, y evaluar la eficacia de las medidas de control". Con este mecanismo, "durante el pasado año se capturaron más 56.500 mosquitos repartidos en algo menos de 1.000 muestras; a partir de las muestras obtenidas se analiza por técnicas de entomología molecular (reacción en cadena de la polimerasa, PCR), la presencia de arbovirus, con el objetivo principal de determinar la circulación de virus que pueden llegar a tener un impacto sobre la salud. Una labor fundamental que ha quedado demostrada en los últimos tiempos.
Plan especial contra la propagación de virus
Desde el pasado año 2021, el departamento diseña y elabora además un Plan Territorial de Vigilancia y Control Integral de Vectores de la Fiebre del Nilo Occidental, que incorpora al conjunto de municipios de la provincia que están en los niveles de riesgo 2 y 4, establecidos por la Consejería de Salud y Familias, y que tiene como objetivos principales: reducir el impacto adverso provocado por la presencia de plagas de mosquitos, y en particular aquellas que pueden actuar como vectoras de virus del Nilo Occidental, mediante la aplicación de medidas preventivas y correctoras, basadas en el concepto de lucha integrada, a través de: la prospección de focos potenciales de cría de mosquitos; el seguimiento de la dinámica poblacional de los distintos taxones, a través del trampeo de los insectos adultos; la prescripción de medidas de control ya sean preventivas, o correctoras, mediante la aplicación de biocidas para el control de larvas y adultos de mosquitos; y de actividades de divulgación/información sobre las plagas. Conviene destacar que los caballos constituyen junto con algunas especies de aves, y humanos, las dianas que pueden verse afectadas por la capacidad de algunas especies de mosquitos para transmitir la Fiebre del Nilo; en ese sentido es importante reseñar que la provincia de Huelva acumula cerca del 20% del total de la cabaña equina andaluza, y que el municipio de Almonte es, entre todos los andaluces, el que posee el mayor número de equinos en explotaciones sin tierra.
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