Inician la apertura de la fosa común del cementerio de Minas de Riotinto 85 años después de su creación
Los investigadores creen que podría albergar los restos de más de 200 víctimas
“Grave es el peso de la propia conciencia”. La apertura de la fosa común del cementerio de Minas de Riotinto, 85 años después de su creación, comenzó justamente tras la lápida de mármol negro con la inscripción de la célebre frase del filósofo romano Marco Tulio Cicerón, que marca el lugar exacto en el que yacen “los fusilados en Riotinto (Guerra Civil. Año 1936-39)”.
El equipo de arqueólogos que dirige Andrés Fernández, encargado de la exhumación que se está llevando a cabo en la vecina Nerva, inició los trabajos de indagación, localización y delimitación de la fosa riotinteña que podría albergar los restos de más de 200 víctimas del fascismo, según las investigaciones realizadas por Alfredo Moreno y Gilberto Hernández.
Fernández adelantó que, por su similitud con la fosa de Nerva, la de Riotinto también puede albergar diferentes niveles a lo largo de sus 50 metros de longitud, “cosa que podríamos confirmar mediante un estudio con el georadar”, y advirtió que, “la acidez del suelo minero supondrá igualmente un hándicap a contemplar en una posterior exhumación, si procediera el caso”.
El Ayuntamiento de Minas de Riotinto es el principal impulsor de estos trabajos que se inician gracias a la subvención de 15.000 euros recibida por parte del Gobierno de España a través de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Esta primera fase, que se llevará a cabo durante los dos próximos meses, no contempla la exhumación, estudio antropológico e identificación genética de los restos que podría abordarse en otra fase posterior, si procede. Entre lo restos de las personas que yacen en esta fosa se encuentra los de Policarpio Rodríguez, tatarabuelo de la alcaldesa de Minas de Riotinto, Rocío Díaz. La primera edil riotinteña espera que “estos trabajos sirvan para honrar la memoria de los que fueron injustamente asesinados”.
A la cita histórica no quisieron faltar representantes de asociaciones y colectivos memorialistas, como el presidente de la Asociación Memoria Histórica de la Provincia de Huelva, Fernando Pineda, y Daniel Vivián en representación de la Coordinadora Cuenca Minera del Río Tinto para la Memoria Histórica, quienes aprovecharon la ocasión para reivindicar la búsqueda de las personas desaparecidas durante la guerra civil más allá de las fosas existentes en los cementerios de la Cuenca Minera.
Pineda, que sigue buscando a su tío Germinal Luna, hermano de su madre, no puede ocultar su satisfacción por el inicio de los trabajos en el cementerio de Riotinto, a los que espera que “muy pronto sigan los de El Campillo”. Mientras, Vivián, nieto del desaparecido Alejandro Ciriaco Cano Zapata, espera encontrar los restos de su abuelo en la fosa riotinteña. “Nos alegramos enormemente de que pueda abrirse esta fosa después de 85 años, pero aún faltarán por encontrar a muchos desaparecidos fuera de los cementerios”, coincidieron.
El alcalde de Nerva, José Antonio Ayala, tampoco quiso perderse este primer día de apertura de la fosa en la vecina Minas de Riotinto porque podría albergar los restos de diecisiete nervenses, según apuntan todos los indicios. “Hoy es un paso más para cumplir con la verdad, justicia y reparación, y garantía de no repetición. Eso es lo que estamos haciendo en esta Comarca, la más masacrada tras el golpe de Estado perpetrado contra la II República. Aquí hubo represión por defender la legalidad vigente, la democracia. Esperemos pasar muy pronto esa negra hoja de la historia”, comentó.
También estuvieron presentes en este primer día de excavación la parlamentaria socialista andaluza por Huelva, María Márquez, y el comisionado para la Memoria Democrática de la Diputación de Huelva, Antonio Rus, quienes valoraron de forma muy positiva la apertura de la fosa. “Tenemos que abrir la tierra para cerrar las heridas”, subrayó Márquez, que agradeció el impulso dado por el Gobierno de España a los trabajos de exhumación a través de las líneas de ayudas creadas por la FEMP e hizo un llamamiento a la Junta para que esté a la altura.
La apertura de la fosa común del cementerio de Minas de Riotinto es la segunda que se produce en la Cuenca Minera, tras la de Nerva en noviembre de 2017. Hasta agosto de 2019 no comenzaron a exhumarse los primeros cuerpos en la doble fosa nervense. Y ahora, cuatro años después, se encuentran en pleno proceso de toma de muestras de ADN a los familiares de las víctimas para su cotejo con los restos recuperados de 60 desaparecidos. El camino en Riotinto será similar al recorrido ya en Nerva, largo y tortuoso, pero esperanzador.
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