Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
Gente de Aquí y Allá
Cuando empecé a ejercer la profesión libre, mi primer levantamiento topográfico lo realicé por encargo del estudio de José Ramón Moreno, Andrés Bruno Romero y Jaime Montaner. Ahí fue cuando empecé a forjar una buena amistad que, con José Ramón, ha sido más intensa porque después trabajamos juntos en el Ayuntamiento de Punta Umbría, pero con Jaime, pese a tener una trayectoria política intensa y de haber ejercido altos cargos, nunca hemos perdido el contacto y esa amistad.
Jaime nació en Huelva en el año 1946, en la calle Alfonso XII. Sus padres eran de Calpe, ese bonito pueblo alicantino que tiene el impresionante Peñón de Ifach; pero la pesca los trajo a Huelva en 1942, donde su padre ejerció de marinero, después patrón y, al final, de armador. Hay que resaltar que en la calle donde vivieron había varias familias que también venían de Calpe. Y es que Huelva era un lugar muy apreciado por su pesca y por eso en aquella época vinieron muchos gallegos, vascos, alicantinos y almerienses, además de portugueses.
Jaime fue de pequeño al Colegio Colón de los Hermanos Maristas, donde terminó el bachiller y luego fue al Instituto La Rábida para estudiar el preuniversitario antes de irse a Sevilla a cursar la carrera de Arquitectura. Pero antes, estando todavía en Huelva, fue jugador de baloncesto en el recordado equipo Gil Martín, que tanta afición creó en nuestra ciudad.
Su padre quería que tanto él como sus hermanos estudiaran una carrera universitaria. Así, su hermano Salvador se licenció en Económicas, su hermana Ana estudió Enfermería y, como a él se le daba muy bien el dibujo, pues eligió la carrera de Arquitectura, que luego ejercería con gran acierto.
Terminó sus estudios y empezó a trabajar en el año 1970 en un estudio que instalaron en la calle 18 de Julio, que luego pasó a llamarse Berdigón. Pero antes, todavía en la escuela, donde coincidió con José Ramón Moreno, ganaron juntos un premio internacional para jóvenes arquitectos. Recuerdo a algunos de sus colaboradores en el estudio, los buenos aparejadores Manolo Pérez y Manolo Pino, al que vi no hace mucho.
Ya en Huelva empezó su actividad política con los socialistas más antiguos: Gastañaga, Tomás Seisdedos, Carlos Navarrete y algunos más. En la época de la preautonomía de Andalucía formó parte del Parlamento, siendo primero presidente Rafael Escuredo, después Rodríguez de la Borbolla y, posteriormente, Manuel Chaves. Fue nombrado consejero de Obras Públicas y después consejero de Economía y Hacienda. Además, antes también había sido senador.
Se casó con Apolonia, natural del bonito pueblo de Calañas, mitad andevaleño y mitad minero, pero vivió de pequeña en Punta Umbría porque su padre pertenecía a la Benemérita y estuvo destinado aquí, donde vivieron junto a nuestra torre almenara, la bonita e histórica Torre Umbría construida en 1614.
Jaime tiene cuatro hijos, el mayor de ellos, Daniel, es arquitecto como su padre y ya le ha dado tres nietos que viven en Sevilla, pero los ve con frecuencia, por lo que se siente muy feliz y le gusta ejercer de abuelo. Además, sus otros hijos: Javier, Ana y Elena, me habla maravillas.
Él siempre se involucró mucho con las cosas de Huelva. Aún me acuerdo de aquella campaña para “Salvar el Castaño”, en defensa del bonito pueblo serrano de Castaño del Robledo, con su iglesia inacabada; o el libro del que fue coautor sobre los Edificios de Interés de la Ciudad de Huelva. Realizó proyectos de edificación de pabellones deportivos, en algunos de los cuales colaboré con él haciendo la topografía. La última vez que nos vimos fue en Lepe hace solo unos meses, visitando una exposición de pinturas en la John Holland Gallery, a la que fui invitado gentilmente por Enrique Romero Santana que, dicho sea de paso, esta galería hace una labor cultural inconmensurable, poniendo a Lepe en primera línea cultural. Pues bien, la conocida como Casa de la Notaría de la calle Real, donde hoy está ubicada esta galería, fue restaurada por Jaime y, tanto la fachada como el interior, son todo un ejemplo de buen hacer y ese día me contó los pormenores de dicho proyecto.
Jaime fue y es una persona muy importante entre los socialistas españoles, amigo personal de Alfonso Guerra y Felipe González y, una vez terminados sus periplos por los parlamentos y consejerías, formó parte de la Sociedad Estatal Expo 92 y luego de la Sociedad Cartuja 93. También es presidente del Consejo Social de la Universidad de Huelva y muchas cosas más que él me relata y me cuenta, dándome fechas y miles de detalles, porque tiene una memoria prodigiosa, pero que a mí se me olvidan. No obstante, yo no trato de hacer una biografía de él, sino una breve semblanza de un gran onubense que tiene un reconocimiento internacional y del que todos sus paisanos nos debemos sentir muy orgullosos. Y es que reúne varias cualidades: ser un buen arquitecto, un magnífico político y, sobre todo, una gran persona.
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