La Junta alargó la vida de la planta 30 años más en 2008
La Autorización Ambiental Integrada (AAI) dio luz verde al recrecimiento del vertedero
El compromiso de las autoridades de Medio Ambiente de la Junta cuando en 1995 dieron luz verde al proyecto de Zarandas fue que a Nerva sólo llegarían residuos industriales procedentes de Andalucía occidental. El siguiente compromiso fue el de dar a la planta una vida de diez años. Ninguna de las dos promesas se han cumplido. Al vertedero llegan residuos de varios puntos de España, y de Europa.
Y hace casi tres años, cuando dirigía el departamento medioambiental la parlamentaria onubense Cinta Castillo, se aprobó la Autorización Ambiental Integrada (AAI) que alargó la vida útil hasta treinta años más. El proyecto permite la ocupación de treinta nuevas hectáreas en superficie, no en plano, lo que situaría la montaña residual a la altura de la torre del reloj nervense. La lista de residuos tóxicos y peligrosos que admite ocupa 134 folios, incluidos los polvos de acería o el actual y más famoso nerofumo procedentes de las degradadas áreas industriales italianas que trae de cabeza a las autoridades españolas.
La AAI concedió a Befesa Gestión de Residuos Industriales ocho años en primera instancia, salvo que se produzcan antes de dicho fin modificaciones sustanciales que obliguen a la tramitación de una nueva autorización o que se incurra en alguno de los supuestos de modificación, entre los que se apuntan incumplimientos e irregularidades graves. La AAI impone controles medioambientales y advierte expresamente que el incumplimiento por parte de la empresa del condicionado de la Autorización será considerado infracción administrativa en materia de prevención y control integrados de la contaminación, lo que puede dar lugar a la puesta en marcha de medidas de disciplina ambiental. En la AAI, la Junta marca topes de vertido para sustancias como amonio, arsénico, cadmio, níquel, mercurio, plomo, cianuros y pesticidas.
Befesa siempre ha mantenido que la AAI contiene toda la información que el Ayuntamiento necesita para otorgar la licencia que permita ampliar las instalaciones aunque este tema se tendrá que dilucidar finalmente en la sala de lo Contencioso-Administrativo que tiene la decisión pendiente desde hace más de un año.
La mayoría de las asociaciones locales están en contra de que se permita finalmente la ampliación de las instalaciones, un recrecimiento que siempre ha estado bien visto por la Consejería de Medio Ambiente. En el informe enviado en su día por la Consejería al Ayuntamiento se recordaba que en la Declaración de Impacto Ambiental, en ninguno de los condicionantes ambientales establecidos se imposibilita o limita el crecimiento o ampliaciones futuras pero sí se puede contemplar la posibilidad de ampliar el recinto de acogida de las condiciones iniciales y localizar nuevas zonas en el entorno del emplazamiento, así como la fijación de una mayor cota en altura (+305). La Junta llegó a echar en cara al Ayuntamiento en 2008 su no participación en el proceso que definía la Autorización y de forma especial en la emisión del preceptivo informe urbanístico municipal.
El documento de la Junta, que luego recibió el apoyo de la dirección provincial del PSOE, dejaba claro que "ni en el proyecto básico, ni en la Declaración de Impacto, ni en la Autorización Ambiental se establece de forma imperativa la imposibilidad de crecimiento de los vasos de residuos y menos si esto se realiza en el interior de la instalación".
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