Mariano 'el panaero'
Desde los 14 años entró a trabajar en la panadería de Eduardo, que estaba casado con su hermana y cuyas obras había construido su padre y que se inauguró en el año 1961
Huelva/MAriano tiene unas vivencias que me ha contado hace unos días en la terraza de una cafetería de Punta Umbría y que me pusieron los pelos de punta.
Yo conocí primero a su hermano Paco. Fue a principios de los años 80 del siglo pasado. Era alcalde Cayetano Hernández del Campo, primer alcalde elegido por el pueblo en la recién inaugurada democracia. Cayetano vino a verme a mi despacho para decirme que se iba a contratar a una persona de reconocida solvencia para desempeñar las funciones de encargado general de vías y obras, ya que el anterior, el célebre “Juanito el albañil”, se había jubilado. Y al decirme el nombre del sustituto me alegré porque ya lo conocía de sus obras por el pueblo y sabía de sus conocimientos.
Paco y yo trabajamos muchos años juntos y, a raíz de eso, conocí a toda su familia: su padre, su esposa, sus hijos y sus hermanos, entre los que se encontraba Mariano, que nació en Punta Umbría el 14 de abril de 1948, en la calle Congrio. Hijo de Francisco Beltrán Mazo y de Rosario Gutiérrez Muriel, ambos nacidos en Huelva, pero que desde hacía muchos años estaban afincados en Punta Umbría. El matrimonio tuvo diez hijos, de los cuales actualmente viven siete hermanos.
El padre era contratista de obras y con él trabajaron hasta 14 albañiles de los mejores considerados de este pueblo y que sabían hacer de todo: electricidad, fontanería, carpintería, pintura, unos verdaderos artesanos de la construcción. Yo los conocí a casi todos y también al padre, que era uno de los pioneros fundadores del partido socialista en Punta Umbría junto a “Señó Migué”. Un partido con cerca de 150 años de antigüedad, fundado en el célebre bar Casa Labra de Madrid, donde hemos comido los mejores bacalaos.
Y claro, cuando don Sebastián Peniche Monforte, el cura mexicano, párroco de este pueblo, propuso a Mariano, que por entonces cantaba en el coro de la iglesia, para que fuese al Seminario de Huelva a estudiar, el padre del niño puso el grito en el cielo y le dijo al cura que dejase a su hijo tranquilo.
Mariano lleva el nombre del socio de su padre, Mariano Sierra, con gran disgusto para su madre, pues no le gustaba ese nombre. Desde pequeño fue al colegio de la calle Caracola con su maestro, al que recuerda con cariño, don Antonio Alaminos, que permanece en la memoria de este pueblo. Luego Mariano y sus amigos formaron un grupo de campanilleros que amenizaban las calles de Punta Umbría en épocas navideñas e incluso fueron a Huelva a un concurso en la radio y ganaron el primer premio.
Desde los 14 años entró a trabajar en la panadería de Eduardo, que estaba casado con su hermana y cuyas obras había construido su padre y que se inauguró en el año 1961. Allí trabajaba también su hermano Antoñín, por la noche haciendo pan y de día repartiéndolo por todo el pueblo a lomos de una burra con dos angarillas. Hasta que se hizo novio de la encantadora y simpática Elvira Albarracín López, con la que se casó y, en un terreno de la barriada de San Sebastián, que había adquirido hacía poco con ayuda de su hermano Paco, que le hizo la cimentación, y otros amigos que le trabajaron a medida que iba teniendo dinero, se construyó la casa donde viven y donde vivieron sus cuatro hijos: Rosario, Mariano, Elvira e Isabel. Además tienen nueve nietos con los que disfrutan muchísimo.
Uno de sus hijos se casó en Uruguay y allí fueron a conocer a su familia política e hicieron grandes amistades como el párroco de San Gregorio de Polanco, don Mario, que le devolvió la visita a Punta Umbría, ya que el bueno de Mariano Beltrán lo había invitado a que conociera nuestro pueblo y le trajo de vuelta una medalla de la Virgen de El Rocío que él le había regalado. En esos días don Mario sufrió un infarto fulminante y murió en casa de Mariano con gran disgusto para todos.
De sus vivencias no voy a entrar en muchos detalles porque muchas de ellas ocurrieron durante la romería de El Rocío y, como dice Elvira, son meras casualidades. Solo voy a referir lo que le ocurrió en esta última de 2023, cuando la procesión de la Virgen pasaba por la puerta de su casa y sufrió un síncope que le hizo perder el conocimiento y tuvo que ser evacuado en ambulancia, con lo que eso supone en un momento tan concurrido. La Guardia Civil a caballo tuvo que hacer un pasillo y afortunadamente Mariano se encuentra perfectamente y aquel incidente no pasó a mayores.
Él ha colaborado y colabora con todas las cosas de su pueblo, al que ama profundamente. Ha participado como nazareno llevando la Cruz de Guía durante muchos años de la Hermandad del Santo Cristo del Mar; ha pertenecido a la junta directiva de las Hermandades de El Rocío, de la Virgen del Carmen y de la Santa Cruz; también fue miembro activo y trabajó mucho en la Peña Cultural Flamenca, incluso perteneció a los tan afamados carnavales de Punta Umbría y formó parte de los grupos “Los Escoceses”, “De los 40 para arriba no te mojes la barriga” y otros con el célebre compositor gaditano Joaquín Albert, conocido como Joaquín el del Puerto, ya que era de El Puerto de Santa María y vino hasta Punta Umbría a enseñar y ayudar a los puntaumbrieños.
Y no puedo seguir contando cosas del gran Mariano “el panaero”, como a él le gusta llamarse, por falta de espacio. Pero para terminar tengo que decir que él es una persona muy conocida y muy querida en el pueblo, al que le ha llevado cada mañana el pan nuestro de cada día.
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