Miles de peregrinos arropan a la Reina de los Ángeles en la Peña

La Sierra peregrinó ayer hasta la Peña de Arias Montano para venerar un año más a la Reina de los Ángeles coronada, la imagen mariana que mayor devoción despierta en la comarca serrana. También estuvo presente la Cuenca Minera, representada por las hermandades de Nerva y Campofrío (sin olvidarnos de la agrupación de Zalamea la Real en la procesión) y Sevilla, con la hermandad de la capital hispalense.

Sin duda la romería del 8 de septiembre es la festividad religiosa más multitudinaria de la zona norte de la provincia de Huelva, donde ayer predominó el intenso calor, unido a la ausencia de accidentes e incidentes importantes. Varias juntas de gobierno de las filiales finalizaron ayer su mandato a la espera de celebrar los correspondientes cabildos de elecciones.

Como es habitual en los últimos años, diez hermandades peregrinaron hasta la Peña, siendo la Matriz de Alájar la primera en entrar justo a las 9:27, tres minutos antes del horario previsto, y así recibir a las filiales por orden; Sevilla, Santa Ana la Real, Nerva, Campofrío, Aracena, Fuenteheridos, Linares de la Sierra, Castaño del Robledo y Galaroza. Del orden previsto, la única alteración fue el adelanto de la entrada de Fuenteheridos en lugar de Linares por el retraso de esta última debido a un problema de tráfico.

Hasta hace unos años, el orden de entrada era por la antigüedad pero en la actualidad se rige por su llegada a la Peña con unos horarios acordados previamente por los hermanos mayores en consonancia con la Matriz de Alájar con el objetivo de cumplir con puntualidad. Pese a la organización, una vez más los retrasos fueron la nota predominante. La última en llegar fue Galaroza que lo hizo a las 12:30, cuando estaba previsto comenzar la procesión, que se atrasó media hora.

Otra de las cuestiones establecidas en los últimos años es que todas las carretas de los acompañantes de cada hermandad no suben al santuario sino que entran directamente a los aparcamientos para agilizar la llegada de la Peña. Todas las hermandades entraron con su particular carretón portando el estandarte y acompañadas de la caballería, ciudadanos a pie, carretas y vehículos llegados hasta el paraje natural a unos 700 metros de altura. Según fuentes de Protección Civil, en la Peña se concentraron más de 3000 personas, cifra similar al 2010, y unos 900 caballos superando el número del año pasado. La Hermandad de Aracena fue un año más la más multitudinaria en la Peña.

Un operativo de un centenar de profesionales de seguridad, prevención, servicios sanitarios y otros profesionales actuaron ayer en la romería.

Al igual que en 2010 este año no hubo grandes novedades ni estrenos, debido a la situación económica, aunque el arduo trabajo durante todo el año, unido a la ilusión por pasar un buen día de romería, son una constante.

Cada cofradía posee muchas particularidades, curiosidades y anécdotas. Por ejemplo el carretón de la Hermandad de Castaño del Robledo volvió a portar la habitual rama de castaño donada por un vecino diferente cada año, haciendo gala del nombre de la población. Una de las entradas de las filiales más llamativas, es la de Alájar que llega al son de la música y acompañada de una representación de la Junta de Gobierno en calidad de anfitriona. A lo largo del camino se viven momentos y encuentros emotivos como las paradas o hermanamientos. Incluso a veces hay vecinos de otras localidades que hacen el camino con alguna de las diez filiales.

El momento más esperado es la procesión por el recinto bajo, la representación de cada hermandad por estricto orden de antigüedad y donde la imagen es siempre llevada por devotos deseosos de coger un instante a la Reina de los Ángeles para rezarle y pedirle sus plegarias. Al principio llevan a la imagen vecinos de Alájar y seguidamente, como novedad, representantes de las filiales. Por último, pueden acceder los devotos en general. El instante más emotivo de la procesión es cuando la imagen en andas se acerca hasta la pared del mirador para ver desde lo más alto a su pueblo de Alájar y protegerlo al igual que a toda la Sierra.

El final de la procesión da paso a la convivencia en un marco incomparable donde el buen ambiente bajo la degustación de los productos típicos de la Sierra y las bebidas más sugerentes, en especial ponches y sangrías para refrescar el calor reinante en la jornada de ayer, cuando se superaron los 33ºC de temperatura.

Las primeras horas de la tarde anuncian el momento de las despedidas tras una jornada completa de fervor religioso y fiesta con todos sus aderezos. La Hermandad de Aracena inicia el ritual de dejar la Peña y la última, Alájar todavía con luz del sol.

Por la tarde cada hermandad preparó sus carretones, colocados en fila junto al campanario, con el Simpecado y dispuestos a realizar la vuelta tras un intenso día de romería. La primera Hermandad en salir fue Aracena sobre las 17:00 y la última, Alájar dos horas más tarde. La llegada a cada pueblo con el recibimiento de los vecinos en las calles es otro momento acogedor y emotivo para cada hermandad. Los orígenes de esta romería se remontan a los principios del siglo XX donde Aracena tuvo un papel determinante por ser varias personas de la alta sociedad aracenense del momento quienes emprendieron este ritual del ocho de septiembre de visitar a la Reina de los Ángeles. Incluso antes quienes iban a la Romería eran representaciones de las hermandades que velaban por las imágenes patronas en cada localidad. Desde hace varias décadas hay pueblos con filiales, al margen de las patronas, a semejanza del Rocío de Almonte.